miércoles, 6 de julio de 2011

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BRECHA Nº 3

ORGANO MARXISTA

Santiago, (Chile) Abril de 1932

CONTRA EL TERROR BLANCO ¡Camaradas obreros, acudid a engrosar las filas del Socorro Rojo Internacional!

¿Qué es el S.R.I.? Es una organización mundial de ayuda económica y de defensa jurídica para todos los luchadores de la clase trabajadora, sin distinción de ideologías. Esto último es muy importante para refutar a ciertos elementos que tratan de desprestigiar la labor titánica que está llamada a desarrollar esta organización. Dicen estos “escépticos” que el S.R.I. no acoge en su seno a obreros que no sean de tendencias marxistas.
¡Nunca una calumnia más insidiosa había sido lanzada contra una institución!
Hemos de advertir que basta únicamente obtener el carnet de adherente para participar activamente en las asambleas y reuniones de la organización.
Si tú, camarada, te has mantenido aparte de nuestra institución, ven a comprobar la inexactitud de tales afirmaciones.
Sólo tú podrás ser el más indicado para combatirlas. Viniendo a participar a nuestro lado te convertirás en nuestro más decidido partidario.
Nuestra Sección Chilena del S.R.I. está organizando Secciones en todo el país.
Muy pronto se desencadenará sobre todos los elementos que combaten el régimen imperante la más cruel y sangrienta de las reacciones. Urge, pues, estar reciamente unidos para tal contingencia.
El sistema capitalista ha llegado a su última etapa, que es el imperialismo, y que por medio de trust, carteles y monopolios, demuestra la unión férrea que el capital mantiene en todo el mundo, oponiendo de este modo su frente único del capitalismo contra todas las organizaciones revolucionarias que luchan por la emancipación total de los trabajadores.
Frente a esta ofensiva del capitalismo unido universalmente, los trabajadores están en la imperiosa necesidad de fortalecer su frente único de defensa, inspirado en la solidaridad universal de los trabajadores.
El capitalismo usa especialmente el terror para mantener su dominación y desencadena crueles persecuciones contra todos los revolucionarios, cualquiera que sea su tendencia particular. De aquí la necesidad de un frente revolucionario común para defenderse de estas persecuciones. Así ha nacido el S.R.I., cuya acción se refiere principalmente a las siguientes labores:
1. Ayuda económica a los presos y sus familias;
2. Defensa jurídica de los presos y perseguidos;
3. Revelación ante la opinión pública de todos los crímenes del terror blanco; y
4. Propiciar grandes movimientos de masas en señal de protesta y resistencia contra estos actos del terror reaccionario.
Hoy más fuerte que nunca se deja sentir la necesidad de un frente único de defensa. Día tras día se restringen las garantías de reunión, prensa, etc. el estado de sitio es precisamente el preludio de días más implacables.
El Comité Nacional de la Sección Chilena del S.R.I. prepara una campaña de agitación que comienza en estos días con concentraciones parciales para culminar con un gran comicio que se verificará simultáneamente a través de todo el país.
En el presente, el Socorro Rojo Internacional, Sección Chilena, al mismo tiempo que cumple con las tareas someramente expuestas, sostiene sus reivindicaciones propias, tras las cuales invita a luchar a empleados, obreros, maestros, soldados, campesinos, marineros, profesionales, técnicos, artistas, etc. Estas reivindicaciones que se suman a las sustentadas por todas las organizaciones sindicales de clases, son:
Amnistía de los marineros, soldados y elementos que participaron en los movimientos de la marinería de guerra y libertad de todos los presos por cuestiones sociales.
Indemnización a las familias de los presos asesinados en Vallenar por los carabineros y guardias cívicas.
Indemnización a todos los que sufren prisiones arbitrarias por cuestiones sociales y políticas.
Abolición de todas las disposiciones que restrinjen las libertades de opinión, prensa, asociación y huelga.
Abolición del fuero de los carabineros y disolución de la sección político-social de la policía.
CAMARADA: Si usted vibra con estas reivindicaciones, vigorice la acción del SOCORRO ROJO INTERNACIONAL.
¡Al terror blanco opongamos la solidaridad obrera!


ESTADO DE SITIO

La burguesía entronizada en el gobierno se ha aprovechado de un supuesto complot ibañista para esgrimir una de las más afiladas armas de represión: el estado de sitio.  Hubo necesidad de que cayese un Ministerio para hacer más tétrica la atmósfera. Se detuvo en sus domicilios a algunos señores. La civilidad estaba en peligro.
Nosotros los trabajadores sabemos perfectamente bien que tales argucias se urden, solamente para impedir la realización de los comicios, única forma de conspiración que emplea el proletariado en la hora actual. Más que nada, veía con pavor el gobierno civilista, la fecha de 1º de Mayo, que este año debía adquirir caracteres imponentes.
No es de estrañar que para acallar la protesta del hambre la burguesía use de sus poderosos medios: no tiene otra solución.
El proletariado debe asumir una franca actitud de rebeldía tratando de quebrar el estado de sitio, por los medios de lucha que debe asumir siempre frente a la agresión del capitalismo.

Brecha


COMO SE PREPARA UN COMPLOT COMUNISTA

Ese viejecito Homero al que todos conocemos por lo menos de nombre, escribió sin sospecharlo, una verdad de a folio, que se puede aplicar maravillosamente a nuestros días cuando dijo: “Los dioses disponen de los destinos humanos a fin de que los poetas pueden componer hermosos cantos”. Pues, para ponerla a tono con la época, basta, como es claro, sólo cambiar a la frase algunas cosas. Hoy, por ejemplo, se diría:”Los gobiernos disponen de los destinos de los cesantes a fin de que los periodistas puedan inventar folletinescas paparruchas”.
Esta transmutación de valores y de interpretación
Históricas me han venido a la mente con los sucesos de Vallenar. En efecto, allí los dioses: el intendente Igualt (siempre cualquier intendente es Igual), enemigo irreconciliable del comunismo por lo igualitario, llamó un día a su despacho a sus subalternos y les dijo: Compañeros de trabajo, con profundo pesar he visto que nuestra prensa languidece, ya no se habla de cosas grandes; el tema cotidiano, el hambre, está agotado; los periodistas se alarman, se aprietan a dos manos la masa encefálica y no les sale más que el mismo sonsonete que ha cansado a la gente (Oh! dichosa edad y dichosos tiempos aquellos en que no se s hablaba más que se superávits, y de la Cosach y del feliz concubinato de Carlitos y Pablito). Esa frase consabida de el Presidente y sus Ministros se ocupan del problema de la cesantía, ha pasad a ser un lugar común y no la cree nadie. Ya ese disco se quebró.
Se impone pues, queridos compañeros, que me ayudéis a idear algún estruendoso asunto, alguna monstruosidad del crimen (que es también una forma de arte como saben muy bien los camaradas carabineros y pesquisas) para que esos languidecientes periodistas de “El Fariseo” y “El Azogue”, puedan componer algunas páginas soberbias de información, que viene a ser la poesía de nuestros tiempos. Y como ustedes saben que no sólo de pan vive  hombre, bien podríamos iniciar con esto una solución al problema del hambre canina que aqueja desde hace un largo tiempo a este desmantelado país. Yo los invito a pensar, camaradas, hombres patrióticos, defensores del orden, fieros mantenedores en la punta de sus bayonetas de nuestro padre glorioso y dormilón: “El Gran Unánime”.
Una salva de aplausos coronó este meditado y profundo discurso del gran Intendente. Prodújose después un gran silencio y nadie osaba ser el primero en lanzar su idea creyéndola tal ves pequeña y no lo suficientemente digna de atraer la atención del país.
Alguien dijo sentenciosamente: “Pan y Circo es lo que necesita el pueblo”; es de eficacia comprobada, es romano. Si nosotros o podemos darle pan, démosle circo, circo tenebroso, de tragedia y de espanto, pues con hambre la gente pocas veces ríe honradamente. Pero sí, se espanta, se alarma y se apretuja en torno al miedo.
Habló el cura y dijo más sentenciosamente aún: sí, es verdad. No queda otro camino.
Entonces se puso de pie el capitán Villanía, del regimiento de los camisas verdes. Famoso ya en su contorno por su heroico y leal comportamiento en defensa de los altos intereses de la nación. Contábanse de él innumerables anécdotas. Un día que una mujer le gritó al gran Unánime: asesino del pueblo, la atravesaron casi instantáneamente dos conos de acero. Al decía siguiente, la prensa decía entre los títulos más falaces para comentar el acto “Los héroes anónimos”, “Los capitanes del antiguo cuño”, “Los defensores de la patria, de la autoridad y el orden”, etc., etc.
Tosió, suspendió el cinturón que le hacía un arco, se alisó el pelo y dijo.
- Esa idea está bien. Es también mi idea. Todo estriba en realizar un plan. Yo, propondría lo siguiente: Hagamos un alzamiento comunista (asombro) ¿Cómo? Ya lo explicaré, lo importante es que aprovechemos esa idea: el comunismo se presta para amedrentar a las gentes; los religiosos dicen que las almas no se condenan por dar muerte a un comunista, que esto no es pecado sino causal de indulgencias; los enriquecidos tiemblan de pavor ante tales desalmados y loarán tan patriótico acto del gobierno. Esto es para el prestigio ¿Y para qué más? La prensa podrá escribir páginas muy hermosas, como quiera nuestro acucioso intendente y es probable que el Gran Unánime lo llame a su despache y lo hago su ministro favorito.
Muchos dijeron: Pero cómo haremos eso sin contar con comunistas en el pueblo?
El capitán sonrió maliciosa y benévolamente, como hombre que conoce las más pequeñas astucias del arte de gobernar los pueblos.
¿Pueden los muertos desmentir lo que nosotros les imputemos? Esta frase llena de luz, iluminó hasta lo más profundo las conciencias de los asistentes y todos a coro dijeron:
- Ah! ya!
El capitán prosiguió: Yo buscaré una veintena de hambrientos, les haré hablar de la doctrinas de Lenin, y llenaré sus mentes afiebradas con pasión de justicia y redención. Los manejaré desde aquí con hilos secretos, los haré ir donde yo quiera, como por ejemplo, atacar nuestro regimiento, la llave del pueblo y allí entonces tendremos la batalla con ellos, los asaltantes ingenuos cuyos planes conoceremos en detalle. Será tarea fácil y no dejaremos uno. Al día siguiente la prense estará henchida de noticias y de espectáculo y todo el país consciente se hará un haz en torno a los defensores del orden. Y habremos conseguido lo que persigue nuestro gran intendente. Crear materia necesario para el despliegue de todas las fuerzas culturales que se agrupan en torno a esos dos grandes rotativos: El Fariseo y El Azogue. Tendrán nueva vida y pedirán favores que favorezcan más a estos leales y pobres servidores del orden, cuya labor no siempre comprende bien la masa importante del país.

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ARTE Y REVOLUCION

El arte, como la ciencia y todas las manifestaciones humanas, debe cumplir una misión social. Siendo así, no puede vivir desvinculado ni indiferente a las fluctuaciones de índole espiritual y social, del ambiente. Y sabido es que el medio ambiente influye decisivamente sobre la idiosincrasia de las cosas y determina su fisonomía.
Así, en un medio burgués, el arte ha debido sufrir su influencia. Esta verdad, que muchos niegan por romanticismo, no podemos desconocerla, si analizamos este problema bajo el punto de vista fríamente filosófico. Es fácil caer en el error de desarticular esta cuestión de su aspecto real y analizarlo sólo en su aspecto subjetivo. Es decir, mirado con el prisma sentimental. Y esto es peligroso, porque la sentimentalidad empaña el sentido de la realidad humana, por es decimos que es un error analizar este asunto en su factor meramente especulativo, desatendiéndose el factor realidad que es, bien mirado, la parte vital de todas las cosas.
Es cierto, nade podrá discutir la inmutabilidad del arte en su esencia. El, en sí, es y será siempre arte: Una manifestación humana, en donde la sensibilidad es la fuerza genésica. Pero, como él es un producto, un derivado, digamos, de la conciencia humana, y cada individuo es una célula de la sociedad, sociedad, medio, que a su vez, marcará la fisonomía ética y espiritual del individuo, el arte, indirectamente, sufrirá la influencia del medio en que vive.
Si reconocemos que en nuestro medio burgués, el hombre está subordinado, no en su aspecto ideológico, sino en su aspecto social, a la burguesía, y su vida sufre su influencia, no podemos negar que el arte, trasunto de la vida del hombre, está sujeto a la misma influencia. No quiere decir esto que el arte, en su sentido puramente ideológico, esté prostituido. El arte, como término abstracto, no; pero en su aspecto social, sí.
El artista, incomprendido por la burguesía, como valor social, vive en una precaria situación económica. Su vida fluctúa entre la amargante perspectiva de una eterna necesidad material y la inquietud espiritual de crear. Así, ante la imperiosa necesidad de vivir, tendrá que gastar lo más precioso de su impulso vital en la persecución del pan y su arte se disminuirá en una mezquina actividad agena a la pura especulación estética, o tendrá que prostituir su ideología y poner el arte al servicio del convencionalismo grosero de la burguesía. Porque es erróneo pensar que el artista puede compartir su vida entre una actividad lucrativa, que le permita vivir, y la investigación artística, que es arduo sacerdocio que por sí solo constituye una razón de vida. Lo primer, exacerba la moral artística y agota la energía creadora; y, en estas condiciones, el artista no podrá dar de sí, todo lo que su temperamento le exige. El arte, como la ciencia, no es cosa que se improvise . para su amplio desarrollo, necesita toda una vida de investigación y estudio. Así como un investigador en cualquier rama científica, no podrá dedicarse a sembrar papas paralelamente con su actividad científica, un artista tampoco pude restarle a su existencia nada que importe un debilitamiento de su espíritu creador. Inevitablemente una cosa mata la vitalidad de la otra. O se es, o no se es. Y este axioma, en el arte, rige con toda la fuerza de una amenaza.
En una sociedad más justa, en donde e hombre sea una pieza indispensable de la máquina social pero no una bestia uncida al yugo de la explotación, y el arte sea valorado por obra de cultura, que entonces no será únicamente un patrimonio de los poderosos, habrá llegado el momento en que el arte podrá florecer en su más amplia expresión creacionista.
La revolución existe. Vive la tente en los espíritus y se abre camino hacia la total emancipación del hombre de la esclavitud burguesa. Pero, aún la burguesía impone su yugo. La vida sufre su nefasta influencia hasta en las manifestaciones más nobles.
Así como el sentid social de los hombres evoluciona hacia la doctrina marxista y crea en ellos la conciencia revolucionaria, una nueva conciencia estética llegará a liberar el arte del estagnamiento en que la incomprensión burguesa lo mantiene. Pero esto será post-revolucionario. Será una de las conquistas de la revolución. En cambio los primero es pre-revolucionario. Es la fuerza que apresura la caída de la tambaleante carroña de los regímenes liberal burgueses. Cuanto mayor sea la conciencia revolucionaria en el hombre-artista, más pronto el artista-hombre y, por ende, el arte, gustará el fruto una de las grandes conquistas revolucionarias.

D. Salinas D.



EL ESTADO FRENTE A LA REVOLUCION PROLETARIA



Las interminables discusiones entre la concepción marxista de la revolución social y las diversas corrientes reformistas y anarquistas, giran preferentemente en torno al Estado.
Para los reformistas, el Estado, como entidad, como un poder por encima de la sociedad y ejercido sobre los hombres, ha sido, es y será, algo del cual no se podrá jamás desprender ninguna forma de agrupación humana y, consecuente con esto, deducen que lo único que cabe en la sociedad actual, es colaborar con los poderes constituidos, tratando de remediar hasta donde sea posible, los males. Se llaman a sí mismos revolucionistas, significando con esto su repudio por la revolución.
La falta de honradez de los pontífices del reformismo, está en que han querido deducir de las enseñanzas de Marx y Engels tales posiciones. Entresacan mañosamente párrafos aislados, los estiran, acortan y adoban, para tratar de quitar el contenido revolucionario del marxismo y convertirlo en una inofensiva doctrina de colaboración de clases  y no de  lucha de clases, como categóricamente lo establecieron Marx y Engels.
El reformismo está hoy en el más completo descrédito, ya las masas le han vuelto las espaldas, decepcionadas de su demagogia; en la actualidad, ellas buscan el único camino que las puede llevar a su liberación: la revolución social, cuya única forma eficaz es el Partido Comunista. Una prueba palpable la tenemos en Chile, donde los partidos llamados socialistas, no han logrado construirse seriamente, pese a la piel revolucionaria con que han intentado vestirse.
Los anarquistas, por su parte, colocados en una actitud romántico-revolucionaria, envisten contra el Estado, dando palos de ciego que por lo jamás aciertan en el blanco. La falta de un estudio serio, de los orígenes del Estado, los lleva, en el campo filosófico, a identificarse con la burguesía, con la diferencia que, mientras ésta dice blanco, los anarquistas dicen negro; pero ambos creen que el Estado es algo que se ha infiltrado en la sociedad, desde fuera, que se ha impuesto periféricamente a ella. Es decir, analizan en forma ético-idealista sus orígenes. Los uno para defenderlo, los otros para atacar-lo.
La concepción marxista del Estado es clara y precisa. Desenmaraña todo el en-redo que sobre él se ha tejido. Busca sus orígenes en el seno de la sociedad misma y de ahí deduce la forma de atacarlo. Quitándole la forma fantasmagórica que le dan, tanto burgueses como anarquistas, empuñan un arma eficaz, esta arma es el conocimiento de su estructura íntima. Marx enfoca el estudio del Estado desde el punto de vista económico. Basándose en la historia, encuentra que en las sociedades primitivas, donde aún no había diferencias económicas entre los hombres y, por lo tanto, no había ni diferencias ni lucha de clases, el Estado, prácticamente, como entidad política no existía.
¿Cuándo empezaron a manifestarse los primeros síntomas estatales?
En el instante mismo en que se rompió, entre los hombres, su igualdad económica. rota esa igualdad, se generan las diversas clases sociales y, por lo tanto, los inevitables antagonismos entre ellas. Es en este instante del desenvolvimiento histórico, cuando surge el Estado. Su papel es el de evitar el choque que fatalmente tiende a producirse, colocándose y sirviendo como elemento de la clase poseedora de la riqueza. Vemos pues, que de no existir el Estado, sería imposible la división en clases, de la sociedad; pero es la división en clases lo que explica la existencia del Estado. Esto, que aparente-mente es una redundancia, un simple juego de palabras, es de la mayor importancia, por-que de aquí nacen posiciones y tácticas de lucha diferentes.
Es así como las corrientes simplemente ético-rebeldes, cegada por el espejismo de los hechos, dirigen sus ataques a estos espejismos, apalean la sombra del mal y no el mal mismo. Toman los efectos por las causas. El Estado no es la causa de que existan clases diferentes, sino a la inversa, es la diferencia de clases la que crea la necesidad del Estado.
Los comunistas, convencidos de que el mal está en la división de clases de la sociedad, división engendrada por la desigualdad económica, ponen el acento en la destrucción de esta desigualdad, para llegar al ideal de una sociedad sin clases y, por consiguiente, sin Estado, como entidad política, puesto que, no existiendo lucha de clases, el Estado hijo de ella, desaparece. “El Estado con poder sobre los hombres, pasará a ser Estado con poder sobre las cosas”, -como dice Engels-.
Se nos objetará que en Rusia, donde se han puesto en práctica las teorías marxistas, existe el Estado. A esto contestaremos, que efectiva-mente existe el Estado y un Estado más fuerte que en cualquiera otra parte. Esto se debe a que en Rusia aún continúa la lucha de clases, con la diferencia, que en lugar de burguesía está hoy la clase obrera. Ahora bien , cuando la clase obrera absorba políticamente al resto de las clases sociales, la actual dictadura de la clase proletaria desaparecerá, por-que resultaría un absurdo su simple enunciado.
¿Cómo iría a ejercer una dictadura sobre sí misma?
El mismo proletariado, como clase también se destruye para dar paso a una clase única, unida por el trabajo productor sin salarios, sin explotadores ni explotados. En suma, el Estado se habrá esfumado.
A pesar que hemos afirmado que el Estado ruso es fuerte, políticamente, podemos, sin embargo, observar ya ese viraje a que aludía Engels, de irse convirtiendo paulatinamente en entidad puramente administrativa de la producción y el consumo.
¡Qué enorme diferencia entre el Estado soviético y el Estado burgués!
Por primera vez en la historia encontramos un Estado ocupado, preferente-mente, de dirigir científica-mente la economía de una sociedad. Los planes económicos de cinco años son una prueba palmaria de lo que afirmamos. El proceso de dest5ucción del Estado político, se inició en el mismo instante en que éste puso su acento en el aspecto técnico y administrativo de la sociedad, con miras a una completa nivelación de las clases que la componen. En este proceso, que está a la vista del que tenga ojos para mirar, está contenida la pro-mesa tan soñada por los anarquistas, pese a los histéricos ataques que hacen a la única experiencia revolucionaria con que cuenta hoy el proletariado mundial.

Antonio Contreras.




EL MARXISMO
El Marxismo –teoría de la emancipación de los trabajadores- tiene un alcance mundial: ninguna rama del conocimiento, ningún modo de la actividad humana le es extraño.
Por otra parte el marxismo está caracterizado esencialmente por la unión indisoluble de la teoría y de la práctica. No hay ningún dominio de la ciencia que no esté ligado, en una forma u otra a la lucha de clases práctica del proletariado.
Filosofía, política, religión, ciencias naturales, los más complejos asuntos de la economía mundial, civilización teoría del Estado, organización sindical y cooperativas, teoría del imperialismo, acceso del proletariado al poder político, problema de la edificación socialista, etc.
En todas estas posiciones el marxismo tiene una posición neta, inequívoca.




BRECHA            ¡POR LAS IDEAS!

Nuestro periódico reaparece después de tres meses de silencio. Para nadie es des-conocida la difícil tarea que representa el mantener un órgano de esta índole, máxime en la época actual.
Continuamos la línea que nos trazamos al comenzar su publicación, esto es, hacer de “Brecha” un buen órgano marxista, al servicio del proletariado. Repudiamos toda afán pseudos revolucionarios e intelectualista. Todos nuestros artículos versarán sobre temas concretos y serán abordados desde el punto de vista marxista; único que interpreta las realidades objetivas y subjetivas vinculandolas en una doctrina invulnerable.
Desde nuestras páginas ametrallaremos implacables a todo reformismo que se quiera parapetar en una posición falsamente revolucionaria. Esto no significa “limitación” como los intelectuales burgueses llaman al marxismo. Comprendemos que aún dentro de él hay muchos temas que desarrollar y completar, pero con auxilio de su método (jamás un método ha afirmado mejor su eficacia) y de sus postulados fundamentales, todos los problemas serán resueltos acertadamente, para bien del proletariado y por consiguiente de la humanidad.
Esperamos que nuestra labor sea secundada por los que se den cuenta de la importancia enorme que representa.  
Los hombres todos, que sienten y piensan, hoy más que nunca tiene  el imprescindible deber de sumarse con varonil entereza y decisión a la gran pelea heroica, trágica, en que se encuentran los unos y los otros; ¡los unos eternos farsantes, hipócritas y duros que usufructuaron a destajo con las fuerzas creadoras y succionaron sin miramientos las riquezas que les dieron los esclavos!
Siempre los explotadores supieron sofrenar, brutales, cualquier intento de desesperada rebeldía y en la negra noche de siglos de miseria, de tristes y espantosos cuadros que desgarran y enloquecen, los mártires imperturbables supieron rubricar con su sangre las grandes ideas redentoras por un mundo nuevo: pero los verdugos hundieron con saña cruel, el puñal asesino sobre el hombro del futuro libertario. Y las bestezuelas negras santificaron el vandalismo de los bárbaros uniformados. Los bufones politicastros, decrépitos, incapaces de sentir y vislumbrar un ideal, desviaron, haciendo asquerosas comedias, abrazándose con el capitalismo y las religiones, mantuvieron a sangre y fuego la esclavitud del proletariado.
El momento es de definición clara y precisa. No admite vacilaciones ni piruetas de ninguna especie. Lo contrario significa ser cobarde o hipócrita, arribista o eterno vividor; es por eso que no pueden admitir términos medios, ni hay paciencia en el revolucionario para seguir tolerando a gentes que toman una serie interminables de posturas que lo llevan a ser el tipo repelente y despreciable. Esta gente es la que jamás a-firma en dignificante actitud su voluntad de actuar con definición sino que por el contrario se ciñe la cómoda enseña de la “amplitud de criterio”, para usufructuar villanamente de su posición.

“BRECHA” es más que un diario, es un guía seguro y un amigo sincero. Si hay en ella algo que Ud. no comprende, o un artículo con el que Ud. esté en desacuerdo, o si quiere colaborar, escríbanos. Siempre le responderemos.

C. Vivar
 


EL IDEALISMO COMO NEGADOR DE LA ACCION

Hay un desacuerdo efectivo y evidente entre la obligación y el acto libre. El trabajo como actividad técnico trofista, nos agobia, nos degenera o nos subleva, según sea nuestra sensibilidad. Esto afirma la existencia potencial, no expresada, que siente dicha forma de trabajo contra sus posibilidades expresionales.  En otros términos, tenemos una noción, vaga o cierta, de estar esclavizados a una tiranía sistemática. No se nos obliga al trabajo, látigo en mano. Se nos deja en “libertad” de trabajar o no. Pero esta maliciosa libertad, nos pone ante un dilema perentorio: o nos sometemos a ritmo de galeras, o perecemos de hambre.
La crisis ha puesto cruelmente de relieve esta disyuntiva, acentuando cuanto hay de fundamentalmente odioso e injusto en el imperialismo capitalista. Este sistema, velando por su propia subsistencia y predominio, ha creado una ética a propósito para sus víctimas, a base de renunciamientos, de pobreza, de mansedumbre y obediencia. Así ha enturbiado la conciencia de la masa y ha diluido el natural derecho a una felicidad posible e inmediata, en la perspectiva de una esperanza sin sentido de realidad. Este idealismo sospechoso, repugna los datos inmediatos del conocimiento; se opone a la acción efectiva y, reconociendo privilegios a unos pocos, rebaja en volumen la dignidad humana hasta degenerarla en servidumbre. Por lo demás, es muy elocuente la relación que existe entre el idealismo y las insuficiencias endocrinas, la anemia y los síndromes místico-románticos de la patología Psicológica. así pues, caemos en la cuenta que un ideal, cuanto más posible sea, acusa una mayor incompletada funcional para la acción y una correspondiente perversidad anímica.
Por esto, los idealistas no aportan a la colectividad ningún elemento positivo, ordenador o vital. Sus actos son neuróticos y tras de su aparente fin, solamente obedecen a una necesidad de cohonestar sus signos morbosos con sus anhelos imposibles, sus exquisiteces de impotentes o sus orgullos de incomprendidos. Dice Kreshmer de estos histéricos, que se enferman por querer ser mejores que lo que pueden y que para mejorarlos, hay que empeorarlos un poco.
Espléndida e irónica fórmula contra el idealismo enfermizo, así del individuo, como de las masas y clave exacta de la equivocación o extravío de muchas direcciones humanas (anarquismo). Por lo demás, el idealista en movimiento, se mueve siempre mal, fuera del plano de las posibilidades. Su dinámica no rima con sus condiciones psicorgánicas, sino con su imaginación caldeada por un fuego que incendia pero no alumbra.
Por eso, la acción del idealista es siempre desmesurada, y si no fuera por un lirismo de calidad que suele acompañarlos, caerían sus actos en el más despiadado de los ridículos. Los más estrafalarios actos del idealista, aún aquellos fuertemente sazonados de acentos heroicos, a nadie aprovechan y clínicamente, no son sino un afán de especular así expresando un morboso deseo egocentrista de exhibicionismo y predominio. Por lo demás, casi todo idealista cae en lo esquemático. No son individuos libres. Se proponen un esquema previo para moldear su personalidad o la sociedad, limitando así el libre acontecer vital y dando a las más altas virtudes un carácter maniático.
El idealismo tiene parte de sus orígenes en las deficiencias psicorgánicas, luego en la educación y, por último, en su malicioso cultivo por la moral capitalista. A la infancia se le niegan u ocultan sus realidades vitales, sus derechos biológicos. Hay que educar al niño dentro de los respetos, represiones y repugnancias indicadas por las tan propiamente llamadas “conveniencias” sociales. Así se acostumbra al hombre desde su niñez, a esta solución de continuidad, a este abismo entre sus mundos ideales y sus realidades psicorgánicas, lo que explica, por lo demás, la falta de nexo entre las normas éticas de la conducta y la conducta misma.
Es fácil pues, deducir la necesidad morbosa nacida de un régimen morboso también, de buscarse para acomodar las inepcias, un refugio idealístico, y librarse de las miserias de la vida, sin haber antes luchado positivamente contra ellas. Luego, consideremos que no desarrollándose el hombre según su tónica fundamental, sino según esquema preestablecido por las necesidades del régimen social en que debe vivir, lógicamente –salvo que traiga una fuerte y congénita personalidad- cae en la imitación. Quiere ser como éste o aquel, en vez de realizarse, imita.
La tendencia a la imitación, es también un síntoma de deficiencia volitiva, de incapacidad para una acción original. Seguir la huellas anteriores resulta más fácil que hacer “su” camino, y como está en la naturaleza humana la tendencia al menor esfuerzo, a la inercia, se malogran así muchísimos valores y quedan sin hallar expresión, multitud de mociones y urgencias vitales de las que pueblan la inconsciencia. Se producen fijaciones que en la edad adulta se transformarán en anormalidades o francas psiconeurosis a base de imágenes o impactos primitivos que no tuvieron libre y razonada expresión. Esta obligación que nos pone a todos el mismo yugo, que nos impone una dinámica determinada y común hacia el mismo fin, nos quita el tiempo que deberíamos emplear en el conocimiento y normal expresión de nuestra escondida sustancia pasional. Esta hambre de libre acción expresiva, esta libertad potencial que o sale ni se consume en hechos de su propia realización, queda en el mar de la inconsciencia, constituyendo la causa de la eterna disconformidad de los hombres con su destino. Se explica así la ambición equivocada de los ricos, la tristeza resignada de los pobres, el paranoicismo espectacular y desconfiado del burgués. Todos viven su propia incompletud. Nadie se ha encontrado a sí mismo. Y la profunda pero vaga necesidad de hacerlo, lleva a la imitación. Este defecto d la imitación, si pudiéramos decirlo así, es una forma de idealismo miserablemente práctico utilitario. Lleva al deleite de una servidumbre que envilece, porque todo imitador, se coloca, desde luego, por debajo de su imitado, elevando a éste a jerarquía de ideal.
El que imita no produce, sino que repite, y repite siempre peor. Obsérvese al burgués que imita al aristócrata, al lacayo que imita al patrón, y veremos con amargura compasiva, su falta de calidad, de condición propia. Nos dan la  impresión de esos yesos bronceados con que el artistoide hace su tráfico de cambalache. Detrás de toda imitación –especie de tácita y metafórica obediencia- se oculta el afán de prevalecer, la necesidad de perduración, la adecuación trofista, en último término.
No debemos, por otra parte, olvidar que, según el concepto burgués, se llama idealista, precisamente, a todo el que no imita, al que o sigue las aguas; al rebelde, al artista o al sabio que no tiene éxito utilitario.
En oposición al burgués traficante y ladino que ha comerciado con el arte, la ciencia, la religión, la tierra y el espacio, se dice que ha tenido un grande espíritu práctico y la sociedad capitalista lo inicia en el círculo hermético de sus  privilegiados.
Pero, el artista que realiza su verdad en plano, el volumen o la palabra, como el sabio y el filósofo que llegan a la muerte persiguiendo el pensamiento y la clave de los fenómenos son esencialmente prácticos. Realizan, verifican, según su libre acción y consumen su potencial pasional en servicio de todos, por encima de todo interés egocéntrico.
Como ya lo hemos dicho en otras ocasiones, el afán trofístico, o por el alimento, se acentúa hasta la angustia morbosa, coincidiendo, con una persistencia del complejo infantil de invalidez.
El millonario súbitamente despojado de sus millones, es el más desvalido de los infelices, como para él jamás ha existido otro valor ni otra fe que la que puso en su riqueza, desaparecida ésta, caen en la desesperación y el suicidio. La ética que ha mantenido para los demás, a él de nada le sirve pues su sentid burdamente positivista, no ha creído ni conocido otra realidad que el dinero, ni sus aspiraciones han pasado de un sensualismo zoológico. Pero antes de expresar más sobre la materia, veamos en qué forma corregir la mistificación idealística en cuyo nombre la humanidad se ha dejado explotar por los ricos, hipotecando su felicidad actual y positiva a una hipotética bienaventuranza. Combatir este ideal, sacar a las gentes de este celeste espejismo, nos traería consigo el peligro de una vuelta a un estado animal, a un primitivismo repulsivo. Absolutamente no. Para desarrollarnos en un sano y feliz positivismo psicorgánico, precisa trabajar con sustancia afectiva, plasmable y posible. Para esto, debemos saber con qué contamos, cuál es nuestra sustancia, cómo somos fundamentalmente. Partiendo de estos conocimientos básicos, la acción es el amasijo sublimatorio de nuestro propio barro. Hay que construir nuestra felicidad a base de conocimiento positivo, sin repudiar ninguna urgencia de la natural sustancia pasional. Hay que llevar el barro hasta la mejor expresión posible, hasta hacerlo vaso transparente al pensamiento.
La pasión –nuestra condición de ser sensual- es la materia prima de toda obra humana bien fundamentada. No está pues, en la negación pasional –en la estúpida negación de nuestros derechos psicorgánicos a la felicidad- la liberación de la esclavitud. Muy al contrario, el idealismo no cura la pasión. La degenera, la entontece, la desvía, haciéndola peligrosísima. No es la pasión la condenable, sino su mala conducción, o lo que es más dañino su contumaz represión.
Todo lo que hay de grande en el crimen, como en la santidad, en la lujuria como en el heroísmo ascético, se debe a la pasión. Esta se manifiesta según se la conduce y educa, y para ello precisa haberla reconocido previamente. Es una fuerza viva que encuentra en nosotros la materia prima de su expresión. Se consume en los actos pasionales, en la acción creadora, o en la destrucción iconoclasta. Hace su acto siempre, ineludiblemente, porque s la vida misma en trance expresional.
La sublimación es, por lo demás, un fenómeno que se produce en la inconsciencia de la naturaleza psicológica del hombre, contribuyendo a ello, indirectamente, los factores educativos.
El potencial pasional sádico se sublima en acto quirúrgico, en valor militar, o en habilidad matarife, citadas en orden descendente, estas diversas actividades humanas, desgraciadamente necesarias. El potencial pasional masoquista se sublima en actos sacrificiales, el edipiano en eficiente amor a la maternidad abstracta.
En fin, la naturaleza, sapientísima siempre, verifica este proceso de sublimación por sí misma, convirtiendo en útiles, o por lo menos justificables, muchas aberraciones fundamentales y primitivas del espíritu humano.
La sublimación es, pues, un proceso positivo por excelencia, que confiere al hombre la felicidad de ser útil, servicial dentro de la sociedad, gracias a tendencias primitivamente perversas. Ahora bien, es fácil darse cuenta que la educación no debería ser otra cosa que un ensayo sublimatorio que llevara al hombre desde su propio barro pasional elemental, hasta la liberación y consumación del mismo en actos serviciales, de colaboración fraternal a una felicidad común. Daría esto al espíritu humano un sano positivismo integral y fuerte, libre de las  estériles y vagas pujanzas idealísticas, movidas siempre por negaciones contrarias a toda realización.
Pero esta educación libre, sin esquema previo, sería imposible dentro de un régimen de imperialismo capitalista, contra cuyos intereses el hombre liberado se alzaría en guerra sin cuartel. El capitalismo necesita, para especular a su sabor, mantener en el espíritu de sus víctimas la zozobra por el alimento, la inquietud por la estabilidad espacial. Así mantiene la falsa libertad con que nos esclaviza a sus principios. Domina por el estómago. Detiene toda liberación en el ecuador umbilical y más allá de éste, nos permite solamente el idealismo, “pan del alma” con que se alimenta el debilitamiento de la grasividad que debiera mover nuestro derecho a ser felices, actual y positivamente.

R.C.P.



ALREDEDOR DE LA AUTOCRITICA

Siempre fue un principio revolucionario el no ocultar la verdad a las masas, el de presentarles -oportunamente- los problemas más graves y aún más angustiosos en toda su trágica realidad. De este modo se estrechan los lazos de solidaridad y en un esfuerzo heroico se afronta conscientemente el peligro.
La eficacia de esta franqueza es indudable: cada ser del conglomerado revolucionario, obra con absoluta compenetración del momento, sabe que de su actitud depende el afianzamiento del ideal y pondrá en juego todos sus recursos para conseguir el objetivo señalado. Sumadas todas estas actividades, que han sido estrujadas vertiendo el máximo desarrollo, la fuerza resultante representará también el máximo de su potencia.
Si por desgracia, la suerte del movimiento es adversa, no se adentrará en las masas un escepticismo nefasto para toda acción posterior, sino que se tendrá la clara conciencia de haber procedido eficazmente y que factores ajenos a la acción misma, impidieron dar en la mira señalada. Este es, sin duda alguna, un pensamiento que consolida la organización, imprimiéndole u temple de acero.
A la inversa, si por temor de mostrar descarnadamente los hechos, los dirigentes del Partido u Organización Revolucionaria, intentan hacer a la masa de modo indirecto, no despiertan en ella toda su posibilidad y, por lo tanto, al fracasar, la decepción será evidente e irá acompañada de una lógica desconfianza hacia sus directores.
El primer procedimiento implicaría -consecuente con su principio- no ocultar la derrota ni los errores ideológicos y tácticos cometidos. El segundo, liga al triunfo o descalabro obtenido, nuevos métodos subterráneos: bálsamos mentirosos para las heridas, en caso de fracaso, justificaciones erróneas o exageración de la victoria alcanzada, modalidades que irán desvinculando a la masa de la situación real de los hechos, creando una atmósfera ficticia, perjudicial a la marcha de toda orientación. Así mismo, sus directores se apartarán cada vez más de la vitalidad revolucionaria del proletariado  si éste ha sido engañado, mantendrán con él una unión falsa, inmensamente perniciosa.
Este elemental axioma de toda política marxista, que rige tanto para la época anterior a la conquista del Poder, como para la etapa de realización, desde él, de la futura sociedad comunista, nos conduce al debatido tema de la auto-crítica. Porque siendo el Partido Comunista la expresión de sentir de la avanzada obrera, en él deben contemplarse los problemas que nos preocupan.
El no reconocer los errores, las deficiencias de una dirección, es propio de todo partido burgués y está reñido con toda la historia del marxismo. Nada más anti-dogmático que e método marxista. Pero lo mismo que actuamos dentro de una sociedad burguesa, es preciso reconocer que aquellos usos pueden influenciar las direcciones del Partido o de las Organizaciones sindicales revolucionarias.
Para corregir toda desviación en es sentido, debe existir una auto-crítica constante, franca, rotunda. Esta, sólo ésta debe ser la que mantenga siempre la unidad y la intimidad del partido y a la vez la de éste con las masas.
Mas, aquí surge una pregunta: de dónde debe venir este afán contra todo burocratismo o estancamiento? Y cómo reconocer la honrada intención de criticar, cuando sabemos que una dirección puede sostener este mismo principio, con idénticas palabras, mientras que refrena solapadamente toda manifestación sincera?
Contestamos: no hay que suponer que una auto-crítica hecha por una dirección sea en realidad auto-crítica; no, eso será siempre una burda comedia de auto-crítica, ésta no puede referirse a ser ejercida o a ser pedida por la dirección, sino a la masa del Partido o a cualquiera parte de él, que debe ser oída por el Partido en un Congreso Pleno, manteniendo toda la libertad que le pertenece en la difusión y discusión de sus puntos de vista.
Por su índole misma, toda auto-crítica debe fluir de la base del partido. Desconfiemos entonces de las direcciones que hacen alharaca de ella: es el oportunismo que coge el malestar que viene de los militantes, para desvirtuarlo, con perjuicio inminente para la unidad del Partido; es una auto-crítica de una realización tan especial, que no permite al Partido, sacar de sus errores todas las enseñanzas que de ellos lógicamente se desprenden.
Que esto sea algo que se grabe profundamente en la conciencia de los camaradas proletarios.

Raúl Navarro.


EL CINEMA SOVIETICO

“De todos los artes,
el más importante para
Rusia, es el arte cinematográfico”
–Lenin.

Una vez más se nos presenta la ocasión, con el libro de León Moussinac, sobre el cinema soviético, de poner en relieve la profunda relación que ha habido en la U.R.S.S., entre el desenvolvimiento social y las artes. Es así como la pintura, la escultura, etc., que en los países burgueses siguen siendo una de las tantas manifestaciones de la organización clasista, están en Rusia destinadas a elevar el valor cultural del pueblo. No iba a escapara a este criterio el más popular, el que más se ha infiltrado en la masa, el arte del cinematógrafo. La Revolución de Octubre, asegurando al cinematógrafo, como al conjunto de la economía soviética, las primeras bases socialistas, ha proporcionado a este nuevo modo de expresión los primeros medios de expresión, los primeros medios para realizarse, porque el cinema responde, en su esencia y en sus realidades profundas, a las grandes formas de expresión colectivas. Expresa socialmente una nueva etapa en la marcha de las sociedades hacia la unidad.
El primer decreto que tiende a la nacionalización de la industria cinematográfica y que lleva la firma de Lenin, como Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, es del 27 de Agosto de 1919 y en el número 1º dice: “Todo el comercio y la industria cinematográfica, tanto en el especto de la fabricación como en el de la organización y reparto de los medios y material técnico que se refiere a ella, pasa en todo el territorio de la República federal de los Soviets de Rusia a depender de la Comisaría del Pueblo de Instrucción Pública”. El cinema en la U.R.S.S. no podía ser, pues, como en el mundo capitalista, un negocio, una industria, ni siquiera una romántica  manifestación de arte. Los Soviets han querido convertir la pantalla en otra cosa la han hecho, en manos de la clase obrera, un documento para la educación y orientación de las masas en la edificación soviética y en el progreso cultural. A la inversa, en os países burgueses y principalmente, en los Estados Unidos, el cinema ha servid tan solo a la formación de unos cuantos trust, al enriquecimiento de otros tantos poderosos, y su explotación n ha tenido otro objeto que afirmar una moral decadente y un sistema económico oprobioso, cuando no el de presentar a las burguesitas domingueras unas cuantas escenas dulzonas.
La nueva cinematografía rusa, ante todo -en opinión de Federov- no debía semejarse en nada a la antigua. Del drama Psicológico, íntimo, personalista, había que pasar al drama social amplio, el drama de la lucha de clases –lucha de la vida- presentando a los seres en colectividad y no en individualismo.
Una de las más altas conquistas de este cinema nuevo es la exaltación de la masa. ¿No significa el régimen soviético la preponderancia de la colectividad, el triunfo de la masa sobre el individuo? Mientras en las producciones de los países capitalistas la masa es un instrumento, un episodio, a menudo una fórmula decorativa, en la técnica cinematográfica de los soviets se eleva de lo particular a los general, crece, adquiere importancia extrema, surge en primer plano y se convierte en protagonista.
El cinema soviético quiere pintar, sobre todo, la vida de los obreros y campesinos, traducir las realidades revolucionarias sin olvidar que estas no pueden limitarse a episodios sentimentales y psicológicos, o resolver con el estudio de ciertos medios o de algunas individualidades, sino que todo está unido hoy, en la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, a la construcción del socialismo y que, como tal, la nueva vida presenta ventajas notorias, una potente liberación, pero también, temporalmente defectos y vicios contra los cuales conviene luchar sin tregua, aspectos desfavorables que hace falta destruir por medio de la acción y de la voluntad. El cinema soviético tiende también a representar esta nueva vida en sus tropiezos, sus conflictos con la supervivencia de la burguesía, así como a combatir ciertos prejuicios tenaces, hábitos y costumbres incompatibles con la moral revolucionaria, actuando el film como medio directo de la educación general.
Es esto lo que hace admirable al cine de los obreros, donde la vida es reflejada con un intenso valor de enseñanza y ejemplaridad. Unido a un sentimiento artístico de la más alta calidad estética. Al que no pueden llegar más que los pueblos libres, sin cadenas. Es como dice Fernando Mantilla al epilogar la obra de L. Moussinac, ante el formidable espectáculo de las pantallas socialistas de los directores de los estudios capitalistas inspiran piedad, cuando no repulsión.
Hemos querido diseñar, aunque pálidamente, lo que es el enema soviético, lo que deberá ser el cinema en una sociedad que no está sujeta a la explotación de las clases trabajadores, en una sociedad en que las manifestaciones del arte, no sean el privilegio de tal o cual clase.
Los cuadros burgueses, bien dispuestos a dar la batalla a favor de sus intereses nos privan actualmente de admirar las producciones magníficas del cinema ruso; tienen miedo de enseñar al pueblo cómo se han libertado en otros sitios de ciertas cadenas que nos oprimen ahora más que nunca en un ambiente de falsa libertad.

 Martín Rosas


REFLEXIONES EN TORNO A LA SANGRE

Hay un trágico aroma de sangre en el mundo. Ya los espíritus finos lo han sentido y muchos se estremecen de horror. Es el espacio caliente que precede a los grandes acontecimientos, los que vuelcan la historia y la recomponen según la polaridad de la sangre: la justicia y la verdad.
Pero todavía una saturación más alta; faltan aquellos pequeños núcleos de condensación para que el río se desborde, las arterias estallen.
Sin embargo el horizonte está cruzado de relámpagos prometedores. El Japón que trata de aplastar el fuerte comunismo de los débiles chinos, con el pretexto de siempre de los fariseos hipócritas: el orden existente; siempre el crimen policial y regular de los explotadores, contra los que ya tienen la sangre en trance de cristalizar su pasión de justicia.
La India que tendrá que convencerse que con el santo Gandhi -hombre que parece una precipitación de espíritu en la pequeñez de su carne- no conseguirá su independencia política. Porque los explotadores ingleses como  tiene ahí su tesoro, tienen también ahí su corazón de avaricia. Pero Gandhi les convencerá (y aquí está el poder creador de su persona a la manera del grano de trigo, que molido se transforma en harina infecunda;) para siempre, de que la India debe levantarse en armas, debe hacer fuego sobre Inglaterra, debe sacudirse con un estremecimiento de potencia animal y no divina, para que el país de los expoliadores se amedrente.
La sangre, líquido primordial de la naturaleza. Irracional, salvaje, será lo único que salve a esa gente.
Se convence a lose explotadores de su crimen, de su robo; pero el convencimiento intelectual -puro goce estético- no los hace devolver lo usurpado, no los hace entregar los instrumentos de la explotación inicua.
Y esto es fatalidad. No es maldad. Sería maldad si pudieran obrar de otra manera. Pero no pueden. Y por esto hay que combatirlos únicamente con la fuerza irracional de lo salvaje de la sangre. Y he aquí demostrado el teorema de la violencia. La necesidad filosófica de la violencia.
El líquido vital es uno mismo. Va desde los chinos a los japoneses.
Lo importante es restablecer su equilibrio.

Dr. Ox.


FEDERACION JUVENIL COMUNISTA

La juventud proletaria no tiene un frente que vele por sus intereses, es preciso formarlo; esto tiene su explicación: al joven desde niño, en la escuela, en su casa y donde converse con un burgués, le han hablado de la patria y de las riquezas. Al hacer esto le presentan el caso de Rockefeller y Ford, ex-suplementeros: pero se guardan muy bien de decirle que la burguesía ya no dejará subir al imperio del petróleo a ningún suplementero. Tampoco jamás le han hablado de la explotación inicua que actualmente se ejerce sobre él.
La F.J.C., es una organización adherida a la Internacional Juvenil Comunista y desde luego podemos afirmar que es la única institución que luchará por las reivindicaciones del proletariado juvenil; ya que también es la única que acepta la lucha de clases y la única que se da cuenta que e medio exclusivo para la emancipación total del explotado es la Revolución Social.
Consecuente con todo lo anteriormente dicho la F.J.C., realizará la Revolución Social a fin de que la juventud proletaria se vea algún día libre de la odiosa existencia que sobrelleva en el régimen capitalista.

R. H.
 

LA SEMANA DEL AHORRO QUE SE EFECTUARA EN ABRIL

El gerente de la Caja de Nacional de Ahorros, Carlos Alvarado, ha dirigido por orden del Consejo Directivo, una circular a los directores de escuelas y liceos, con el objeto de que colaboren con la tarea inculcar el espíritu del ahorro en los niños.
Entre otras cosas divertidas, dice la aludida circular: “No escapará al elevado criterio del señor director la importancia que tiene la campaña de la Caja Nacional de Ahorros, e los momentos actuales en que se hace indispensable metodizar los gastos, apartar algo para el futuro y encauzar nuestro sistema de vida por el camino del orden y la economía”.
Sugiere la circular una serie de medidas para la eficacia de esta propaganda, tales como problemas de aritmética, en que se demuestren las ventajas del ahorro, lecturas, afiches, concursos de composición, etc.
Si esta propaganda estuviera dedicada a los hijos de la burguesía adinerada, que puede ahorrar, no pasaría de ser algo cómico; pero va dirigida especialmente a los hijos de padres proletarios. Quieren hacer de los salarios de hambre obrero, -si es que lo recibe- se desprenda de una parte para acumular en las cajas de fondo grandes capitales, que servirán después para su propia explotación. Esto aparte, de que las pequeñas sumas acumuladas por la gente ingenua y modesta con el sacrificio, a veces de una vida entera, se ven de la noche a la mañana reducidas a nada, por una especulación cualquiera de la clase dirigente y explotadora.
En el caso presente todos los impotentes de la Caja de Ahorros, tienen reducidos  sus dineros por lo menos en ¾ partes de su valor real, debido a la inconvertibilidad del billete. Se sabe que esta manobra ha sido patrocinada por los terratenientes, que teniendo inversiones en moneda extranjera hacen su agosto con la baja de la moneda. Las deudas hipotecarias que las pagan en moneda depreciada, bajan automáticamente. El hambre, el robo de los salarios y de los pequeños ahorros ¿qué puede importarles?
Estos mismos insaciables tiburones son los que hoy intensifican la infame propaganda del ahorro y, la víctima elegida es el niño proletario; quieren arrebatarle por el engaño hasta la posibilidad de que pueda tener de comerse un pan o una golosina.
Yo propondría el siguiente  problema:
Un obrero que tiene 4 hijos y que gana diariamente $7 los priva de alimentos y vestuario por un valor de $1.50 al día. Este crimen diario lo repite durante 5 años consecutivos, al final de este período logra acumular, en las mejores condiciones de interés $2.500 (se toman 24 días al mes). ¡Dos mil quinientos pesos! Después de 11.520 horas de trabajo que han servido para incrementar las fabulosas ganancias de los zánganos capitalistas. Días brumosos, cansancio, órganos lesionados, sumido en la miseria más horrorosa, agravada por él mismo, víctima de un engaño más.
Y he aquí que se produce un descalabro en las finanzas del Estado, provocado por los mismos que cacarean la virtud del ahorro. El valor de los pesos ahorrados se reduce de 6 a5, a 4, a 2, a 1 y quizás a 0. ¿A cuánto han quedado reducidos los $2.500 en las sucesivas bajas?
El resultado del prodigio del ahorro, no es sino pues, una burla sangrienta revestida de filantropía, con que el capitalista trata de ilusionar la desesperación del explotado. Pretende hacerlo creer que es el medio de hacerlo alcanzar la gloria y la riqueza y no el robe legal o ilegal, la explotación inicua del hombre convirtiéndolo en bestia de carga del hombre. No contentos con robar en el salario del obrero y en la venta de productos, tratan de acaparar, lo que problemáticamente pudiera quedarle.
Para difundir el inicuo engaño del ahorro, está toda la hez, llamada filántropo de la sociedad. Están las autoridades educacionales, ciertos directores y maestros, están instituciones como el Banco de Piedad, el Rotary Club, el Club de Señoras las Damas Catequistas, etc., etc.
Hay que gritarles bien alto a toda esa canalla que el proletariado no se dejará engañar por sus embustes y luchará por el “único ahorro” que ha acumulado, esto es por la tierra y los medios de producción que será socializadas al triunfar la Revolución Proletaria.

Juan Rojo


EL SINDICATO DE ARTISTAS DE CHILE

A fines del mes de febrero próximo pasado se fundó en esta ciudad, el sindicato de Artistas de Chile; últimamente en Valparaíso se fundó una sección provincial.
Desde nuestras páginas, más de una vez, hicimos un llamado a los artistas jóvenes de esta tierra, tan al margen de las luchas proletarias. Por eso, el nacimiento del Sindicato, su declaración de principios y sus próximas actividades, son asuntos de gran importancia para la vida futura del arte y de los artistas chilenos.
Ya que se trata de los albores de un organismo que debe reportar un inmenso beneficio a la orientación revolucionaria de las masas, recordemos a sus componentes que deben una sumisión absoluta a los intereses del proletariado y su lucha por el derrumbamiento del capitalismo, no debe olvidarse el principio de que el arte fue siempre un factor político al servicio de las clases dominantes.
Afortunadamente el Sindicato ha demostrado que sabe abordar resueltamente estos problemas. Su declaración es la siguiente: “El S. de A. de Ch., reconoce, que la situación del artista, económica y socialmente, es la de las masas explotadas ya que está sometida al arbitrio de una determinada clase social, a quien debe servir con su producción, clase social que trata de imponer sus gustos, de acuerdo con sus intereses, obstruyendo de este modo el desarrollo de la personalidad del artista,
2º. Luchará por la liberación del artista de la tuición política y dependencia económica a que se encuentra sometido; haciendo suyas las aspiraciones de las fuerzas organizadas que desean abolir las diferencias de clase en una sociedad futura;
3º En consecuencia, acuerda: solidarizar plenamente con sus hermanos de clase, los obreros, aportando su fuerza gremial a las luchas por las reivindicaciones sociales, que estos lleva a cabo y por el derrocamiento de la sociedad capitalista”.
En su última asamblea el Sindicato acordó, por unanimidad, hacer de “Brecha” su órgano oficial.
 

“EL CAPITAL”

Por fin tenemos en lengua castellana la obra íntegra y traducida directamente del alemán de este gran  monumento científico de todas las épocas, (editor Manuel Aguilar, Madrid, 1.600 páginas). Hasta ahora era el castellano el único idioma de los países llamados civilizados en que El Capital no se había publicado íntegramente. Es sabido que lo que se conocía en España y América por El Capital no era más que el resumen hecho por Deville. Integro sólo se había publicado el primer tomo, traducido por el socialista argentino doctor Justo, traducción bastante deficiente y que contiene frecuentes errores de concepto. El señor Díaz del Moral, en su documentadísima obra sobre las agitaciones campesinas andaluzas, habla también de que un periódico anarquista español, publicó en forma de folletín los otros tomas de la obra; pero éstos no eran del dominio público y ni siquiera llegaron a publicarse en volumen.
Esta fundamental laguna en la bibliografía marxista española y americana es tanto menos disculpable cuanto que por el gran número de millones de seres que en el mundo hablan la lengua castellana, era de suponer que tendría un buen mercado para la venta. Pero hay que tener en cuenta que, en último extremo, esto no es más que otro aspecto demostrativo de la indigencia teórica que siempre ha presidido al socialismo español y americano. Esos profesores socialistas a los que diariamente el órgano de su Partido califica de sabios compañeros, no han sido capaces de aportar nada nuevo a la corriente del pensamiento marxista, ni siquiera desde el punto de vista francamente revisionista que ellos propugnan. Viven todavía bajo la chabacanería reformista, o sea de la corriente más nefasta del movimiento obrero.
Hay la leyenda muy difundida de que El Capital  es obra de difícil lectura y que su comprensión sólo está al alcance de los especialistas y profesores. En un sentido general, esto es falso. Aparte de algunos capítulos en que para su comprensión fundamental se precisan ciertos conocimientos matemáticos, la obra es comprensible para los militantes comunistas, sobre toda para la actual generación, formado con la lectura de los teóricos del movimiento comunista. La apreciación podía ser justa para las viejas generaciones de militantes social-demócratas, que sentían verdadero horror al asomarse a un libro teórico.
 
J.

“Brecha” necesita corresponsales para su difusión y para  informarse del movimiento obrero en todo el país. Si Ud. se interesa escríbanos.
“Brecha” abre sus columnas a quien quiera colaborar. Los originales no publicados no se devuelven.
  

UBICACIÓN Y SINTESIS DE LIBROS DE LA RUSIA SOVIETICA

“Las ciudades y los años”. Constantino Fedin (Edit. Biblos y Jasón). Traducción castellana de Norberto Guterman y Ángel Pumarega.

Este libra mayor de la nueva literatura rusa y, seguramente, de toda la europea en este siglo, obliga primordialmente al lector inteligente, a reconocer y observar una nueva faz de la técnica novelística.

Tomo y sitúa Fedin a Andrés, o sea el protagonista de la novela, en capítulos aparentemente desmembrados  unos de los otros y del motivo central; pero, y he ahí su gran talento de fuerte novelista y poeta, une sin apremios y sin rellenos, los capítulos primeros con los últimos maravillosamente.

Hace así un juego sugerente y sabio para esos lectores disciplinados y atentos que penetren el hallazgo. Doble suerte y goce. Escrito todo esto en distinguido lenguaje (a pesar de la traducción).

Luego, su relato está cogido en este tráfago ruin de esos años negros de la gran guerra. Se asiste dentro de él a los espectáculos simiescos de una época –la peor- del mundo.

Todo se remece en sus raíces seculares. Igual al desencadenamiento feroz de una locura colectiva y a una locura colectiva y a unas larguísimas tormentas de almas: el padre sórdido maldice al hijo lejano, nada más porque se ha casado sin su permiso, y con una hembra de teatros. Además le envía con una carta a un famélico extraño y él tiene que partir “sus” alimentos y “su” habitación con tan repulsivo desgraciado.

-¿Quién sabe los años que tengo que vivir, -dice? ¡Y cómo viviré! ¡Instinto infame del terrible desarrollo económico de unos pocos, te toma a ti como escudo!

Vigilan las hordas militares y chauvinistas a la muerte del ciudadano de dulce corazón fraterno; los carrouseles de las urbes distraen falsamente del hambre y de las luchas reivindicadotas; y la lujuria contenida, derrotista, abyecta, de los necesitados es una potente virtud. Sarcasmo. Doble crimen.

Toda existencia truncada para el explotado. Todo un sistema social de la historia de los imperios del capitalismo, se estruja con buena soltura en la trama romancesca del libro.

Y ya en los combatientes que regresan del frente de guerra, bestializados, enjaulados, en los convoyes para animales, se insinúa el alba prometedora del comunismo. Único poder y remedio para barrer, lentamente, tantas inmundicias del hombre contra otros hombres.

El contenido y el colorido -color turbio de esos tiempos-, hacen de este aún joven escritor ruso, un máximo novelista y un altísimo poeta.

E.R.


MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

El movimiento estudiantil de este año, ha reflejado dentro de la Universidad la beligerancia franca a veces, y disimulada otras, que existe dentro de nuestra realidad nacional.
Las circunstancias objetivas de la actual crisis Económica y la fase aguda de la lucha de clases, han determinado a los estudiantes que hoy ingresan a la universidad, un espíritu de combatividad y rebeldía frente a las imposiciones que desea mantener la burguesía nacional y es así como se han negado a acatar las trabas de orden económico y a rendir pruebas de capacidad intelectual que ni las mismas autoridades reconocen como eficientes.
Se pretende limitar el acceso a las Escuelas universitarias por medio de gravosos derechos, que en las circunstancias actuales significarían el cierre de las puertas de la Universidad a muchos elementos valiosos para quiénes el único obstáculo de ingreso es el pago de matrícula.
Los estudiantes hijos de pequeño-burgueses y proletarios, han ido al seno mismo de las asambleas a defender sus intereses de clase amagados, y a delatar a sus compañeros burgueses, como traidores a una causa común, cual es la de la gran mayoría del universitariado.
Se ha invocado el profesionalismo y la plétora profesional, como causa de la limitación de matrícula.
Se dice que los dineros que se perciben por derechos de matrícula son indispensables en el presupuesto universitario.
Sin embargo un grupo de estudiantes ha probado con datos numéricos la falsedad de la plétora profesional y ha propuesto una solución: la rebaja a los grandes sueldos, impuesto a los bienes del clero, etc. Esa economía presupuestaria y la nueva fuente de entradas, vendrían a reemplazar los fondos ya citados y que contribuyen al sostenimiento de los laboratorios.
Al rebelarse los estudiante contra la imposición autoritaria, no hacen sino interpretar el sentir y los intereses de la colectividad, que no se estima representada por los gobernantes.
En los debates de la casa Universitaria se han evidenciado las mismas corrientes que fuera de la Universidad se disputan el poder, defendiendo unos los intereses de la burguesía y de los latifundistas, servidores del imperialismo, y otros, los intereses de los productores de nuestra riqueza.
Por su parte, la prensa burguesa y mercenaria, reinicia su campaña de insidias e incita a su juventud dorada para un nuevo ataque a la vanguardia revolucionaria de nuestra Universidad. La reacción amparada por sus propias autoridades desea repetir las hazañas infames del año 20.
El grupo clerical “Renovación” es el portavoz en la Universidad de esas mismas hordas, que en tiempos no lejanos, con arranques patrioteros asaltaron la Federación y persiguieron y hundieron en las cárceles a los estudiantes y revolucionarios de aquella época.
Junto a esta oposición franca, existen algunas figurillas petulantes que sostiene con eufemismos y actitudes equilibristas una posición de oportunismo e hicieron oír la voz oficial amparados en un cinismo incalificable.
A última hora, aparecen caudillos demagógicos que pretenden aprovecharse de la unión con el proletariado que la Federación propicia, para desviarla a favor de intereses de partidos burgueses, que desean servirse de la crisis política para medrar en estos momentos.
El grupo “Avance” se destaca por su actitud clara y justa sin preocuparse de postulados, sino interpretando verdaderos problemas, tomados de la sucesión de los hechos. El ha iniciado y proseguido la campaña por reivindicaciones inmediatas, reflejando fielmente y defendiendo los verdaderos intereses de los estudiantes.

R.V.


CARLOS VICUÑA FUENTES, PROFESOR Y POSITIVISTA

El perseguido profesor uno de los últimos residuos de la fauna comtiana, cuyos postulados convergentes son: la familia, la patria y la humanidad, ha declarado la poca consistencia de sus doctrinas, introduciendo fuerzas de carabineros al Pedagógico y haciendo apresar a algunos compañeros estudiantes.
“El hombre es sagrado para el hombre”, parodió en muchas ocasiones. ¿Cómo ha guardado el tesoro de tales palabras, querido profesor? ¿O es que de ella no nos queda más que la forma incorpórea de su sonido? ¡Tenemos derecho a dudar de sus doctrinas y de su sinceridad! Tenemos, también, el derecho de acusarlo.
Porque: ¿Qué pretendían los jóvenes? ¿Por qué tanto furor de parte del maestro de la serenidad y del lenguaje astronómico?
Ah! esos estudiantes el no pago de la matrícula y el libre acceso a las aulas universitarias, mediante la abolición de los exámenes de incorporación, reconocidos como ineficaces por parte del Consejo Universitario.
¡No nos venga con escamoteos y prestidigitaciones! Adopte pronto la actitud que le corresponde: afínquese en el terreno de la burguesía o de la cultura intelectualizante.
Quizás si seamos injustos. El querido maestro, empleando un estilo teosófico, es un alma pronta a volar al plano astral de la humanidad, según la interpretación comtiana de esta palabra.
El régimen capitalista coloca a los individuos en el lugar en que deben actuar, pese a sus ideologías, desligadas de la realidad económica y social.

C.A.R.


“BANDERA ROJA”
El órgano central del Partido Comunista, vanguardia de la clase proletaria, ha sido sometido ilegalmente a la censura de prensa e impedida su publicación.
Esta medida es una de las múltiples manifestaciones de la incapacidad liberal burguesa de los actuales gobernantes radical-conservadores.
Nuestro amado presidente, con pausado tono jurídico, declaró en días memorables, que la libertad de prensa sería inviolable. Tal vez con el apuro constitucional que manaba de su docta mentalidad, se olvidó hacer el paréntesis de que sólo se refería a la prensa inglesa o yanqui y al diario negro de la calle Moneda.
No se crea que tal medida viene del campo radical. No, es una dictadura subalterna que n compromete en nada a la virginal civilidad del gobierno. ¡Gran subterfugio al que recurren para silenciar la protesta de los trabajadores!
Encerrados como se encuentran por los intereses de clase y las concesiones hechas a los imperialistas, desencadenan sobre loa asalariados el azote de la censura y el estado de sitio. Poca sustancia debe quedarle al capitalismo para que emplee recursos de final de régimen. ¡Cobardes e hipócritas!
El proletariado debe declararse en abierta lucha reivindicacionista, asistiendo y llevando simpatizantes a los locales obreros y organizando manifestaciones callejeras. De alguna manera los trabajadores necesitan hacerse oír ya que la prensa que defiende sus aspiraciones ha sido encadenada.
¡En contra de la censura de prensa!
¡En contra del estado de sitio!


                            Brecha.
                       

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