jueves, 26 de mayo de 2011

Archivos: 1934.- (periódico)


 IZQUIERDA Nº 22 



SEMANARIO DE LA IZQUIERDA COMUNISTA
(Sección Chilena De La Liga Comunista Internacional Bolcheviques-Leninistas)

Santiago, Miércoles  7 de Noviembre de 1934

EN EL ANIVERSARIO DE LA REVOLUCION SOVIETICA, forjemos los cuadros de la IV Internacional.

Hoy, hace diecisiete años que el proletariado ruso, bajo la dirección bolchevique, llegó al poder, instaurando, por primera vez en la historia, la dictadura del proletariado sobre la sexta parte del mundo.
Hoy hace diecisiete años que el Estado Soviético resiste los embates del capitalismo internacional, que ha debido resignarse a ver subsistir la U.R.S.S., a pesar de todos los recursos que puso en práctica para destruirla.
Todo obrero con conciencia de clase, todo trabajador revolucionario, todo militante de la lucha de clases, tiene el deber de velar por la defensa de la Unión Soviética. El internacionalismo proletario no es una frase para la propaganda ni un concepto sin contenido real en las luchas del proletariado revolucionario. El internacionalismo proletario consiste en la elaboración conjunta de la clase política de la clase obrera. Por eso nosotros, bolcheviques-leninistas, que hemos roto con la capa burocrática corrompida que asfixia al primer Estado obrero del mundo sostenemos que la defensa de la U.R.S.S. va ligada indisolublemente a la lucha por el reagrupamiento mundial del proletariado en los cuadros de una nueva Internacional revolucionaria, verdaderamente bolchevique, ¡la IV Internacional!
La U.R.S.S. es aún, a pesar de las deformaciones que han impuesto al régimen de la dictadura proletaria sus actuales usufructuadores stalinianos, la principal fortaleza de la revolución mundial. Pero esta fortaleza no podrá resistir hasta la victoria, sin la destrucción de los bandoleros capitalistas que la han cercado durante los últimos 17 años, la burocracia de la Internacional Comunista ha llegado, paso a paso, a considerar a la Unión Soviética como un eslabón desligado de la cadena revolucionaria mundial. La política del “socialismo en un solo país” la ha llevado a integrarse, también paso a paso, en el imperialismo mundial, hasta llegar, movida por los lazos de su colaboración “pacifistas” con los imperialistas franceses, a la integración claudicante y vergonzosa en la Liga de las Naciones, que Lenin calificara como “cueva del bandidaje imperialista mundial”.
Nosotros, comunistas internacionalistas, bolcheviques educados en la escuela teórica y práctica de Marx, de Engels, de Lenin y de Trotzky, denunciamos esta política de traiciones y declaramos que la Internacional Comunista, que la III Internacional, ha seguido a los bonzos reformistas de la II Internacional en su bancarrota ante la guerra, la reacción y el fascismo.
Para acabar con la guerra imperialista, para destruir los avances de la reacción y el fascismo, para salvar a la Unión Soviética del doble peligro de la intervención externa y d la contrarrevolución interna, no hay sino un solo camino: guiar al proletariado mundial a la destrucción del capitalismo en . ocultar a las masas el carácter real de las contradicciones entre la U.R.S.S. y los países imperialistas es sembrar la confusión en la clase obrera, impulsarla a la inacción y al desaliento.
Hoy, diecisiete años después del triunfo del proletariado ruso, nosotros sostenemos a la luz de su experiencia, que sólo interpretando las verdaderas aspiraciones de las masas oprimidas y poseyendo un programa y una decisión verdaderamente revolucionaria, los comunistas lograremos guiar a las masas a la conquista del poder.
Hoy, diecisiete años después del triunfo del proletariado ruso nosotros declaramos que los trabajadores del mundo carecen de un Estado Mayor Revolucionario que los conduzca a la victoria final. Es preciso crear esa dirección revolucionaria. Millares de bolcheviques-leninistas luchan en todo el mundo para forjarla. Desde el destierro, acosado por la represión mundial, el compañero de Lenin, nuestro querido jefe internacional León Trotsky, lucha también inconmovible por salvar la bandera del comunismo del fango a que lo han arrastrado los epígonos stalinianos.
La historia revolucionaria ha conocido ya, en ocasiones innumerables, períodos de disgregación y de desaliento. Superar el presente período de desorganización es nuestra tarea. La revolución mundial está en peligro, tal vez por largos años.
Militantes del movimiento obrero, bolcheviques de toda la tierra: la IV Internacional condensa el espíritu de unidad de las masas. Su enunciado es ya una esperanza. No se puede vivir del recuerdo y de  las tradiciones, aunque ellas sean gloriosas. Es preciso luchar. Es preciso vencer. ¡Celebremos el aniversario de la Revolución Soviética forjando los cuadros de la IV Internacional! ¡Por el camino de Marx y de Lenin hacia el Octubre Rojo mundial! ¡Adelante!

FIRME LA HUELGA DE LOS OBREROS DE EL SALTO

La persecución policial, el terror de la Sección de Investigaciones, la opresión patronal, no han bastado para quebrantar el anhelo de triunfar de los obreros de la Fábrica de Tejidos de El Salto, que se encuentran en huelga desde hace cuatro semanas, para obtener mayores salarios y mejores condiciones de vida.
Los trabajadores saben que este movimiento afecta a un importante sector del proletariado, cerca de 500 obreros, que arrastrando toda la persecución gubernativa y patronal, no sólo han sabido mantener con firmeza sus reivindicaciones, sino que trabajan por ampliarlo, vinculando a la huelga a otros sectores obreros del mismo ramo.
Inteligente ejemplo el de éstos compañeros que han comprendido que su triunfo sólo será efectivo y total el día en que un amplio movimiento obrero por reivindicaciones inmediatas y a través del Frente Único Proletario, acuda en defensa de los sectores amagados por la explotación capitalista.
Los camaradas del El Salto han contado en todo momento con la cooperación solidaria de todas las organizaciones revolucionarias, especialmente del C.U. de l C., y los gremios adheridos. ¡Adelante, camaradas!

HUELGA EN SAN BERNARDO

Los trabajadores de la obra en construcción del Teatro Municipal de San Bernardo, desde hace varios días, se encuentran en huelga.
Cansados de la infame explotación a que se encuentran sometidos, se han levantado en demanda de mayores salarios y mejores condiciones de trabajo, a pesar de las amenazas, de las represalias, y de la persecución policial, continúan altivamente el movimiento iniciado, convencidos que luchan por una causa justa.
La solidaridad de los obreros ha venido y vendrá en apoyo de estos camaradas nuestros, hasta el triunfo total de sus peticiones.


ACTIVIDADES DEL SUB-COMITÉ DE LA CONSTRUCCION DE PROVIDENCIA Y LOS LEONES

A pesar de los obstáculos de toda índole, que han encontrado en su camino, los camaradas de este importante sector de la Construcción, continúan activamente en su tarea de organizar a los obreros, y llevarlos tras la conquista de sus reivindicaciones inmediatas. Ha sido necesario librar una ruda batalla contra las tentativas divisionarias de los elementos de la Foch, pero a pesar de todo, la organización crece porque los trabajadores están convencidos que su triunfo sólo será posible a través de una política señalada por los camaradas del Subcomité de la C. Unidad Sindical. Frente Único Proletario.


PROCLAMA, contra el enemigo de dentro y de fuera.

Compañeros:
No basta con celebrar el aniversario de la revolución rusa como no basta desear la revolución. El 17 aniversario de la Revolución Rusa LLAMA A LA MEDITACION, AL ANALISIS AL PROLETARIADO DEL MUNDO ENTERO COMO TAMBIEN LO LLAMA A LA ACCION.
La revolución rusa está en peligro. El debilitamiento interior permite el debilitamiento exterior. La burocracia soviética desconfiando del proletariado mundial traslada la base de su apoyo a la burguesía imperialista. Ahí están los pactos de NO AGRESION; los compromisos de unidad orgánica con sus enemigos de ayer, la social-democracia –el “social-fascismo”;- las derrotas del proletariado mundial culminando en Alemania y Austria, los compromisos de DISOLVER LAS SECCIONES DE LA TERCERA INTERNACIONAL en aquellos países que pacten con la Rusia Soviética –Estados Unidos, Francia, etc.
Ahora tenemos la urgente necesidad de impulsar la organización de los nuevos cuadros de la Internacional revolucionaria. Si ayer no titubearon los revolucionarios en crear una internacional que llevara al proletariado a la revolución, AHORA, con mayor razón que nuca –ya que está en peligro la única revolución triunfante que ha existido, la revolución rusa- SE REQUIERE EL REAGRUPAMIENTO DEL PROLETARIADO REVOLUCINARIO EN LOS CUADROS EN FORMACION de la IV INTERNACIONAL.
No basta celebrar, hay que construir. SOLO una inconsciencia rayana en la traición puede hacer de este aniversario una simple fecha sin mayor trascendencia. Ni el Plan Quinquenal, ni los “grandes” discursos de Stalin, ni las “habilidades” diplomáticas de Litvinoff salvarán la revolución rusa de atolladero a que la conduce la burguesía imperialista internacional por intermedio de la burocracia soviética. NO SOLO HAY QUE SALVAR LA REVOLUCION RUSA, SINO que hay que crear los medios de la revolución mundial. Si la Internacional de Moscú ha traicionado HAY QUE DESTRUIRLA y echarla por la borda. SOLO LA IV Internacional puede salvar a la humanidad del flagelo del fascismo, del retroceso a la barbarie, al canibalismo.
ANTE el 17 aniversario tenemos los cuadros pequeños de la LIGA COMUNISTA INTERNACIONAL y la conciencia que se acrecienta del proletariado por ir a la conquista de una nueva dirección revolucionaria de clase.
De ambas situaciones se compone el panorama obrero mundial: condiciones de derrota y condiciones de victoria. LA IZQUIERDA COMUNISTA, sección chilena de la Liga, LLAMA A LOS TRABAJADORES a robustecer sus filas, a luchar por el nuevo partido sección de la nueva INTERNACIONAL a formar parte de las brigadas que construyen las CONDICIONES DE LA VICTORIA PROLETARIA MUNDIAL.

CAMARADAS, A LA LUCHA:

Contra la burguesía nacional e internacional.
Contra vuestras propias directivas que os alejan de la revolución y de vuestra clase.
Contra el Gobierno que en nombre de la Constitución nos persigue, aprisiona, nos apalea.
Contra las leyes represivas, contra los impuestos.
CON NUESTRA CONCIENCIA DE CLASE, CON EL FUSIL AL HOMBRO dentro de las filas de la IZQUIERDA COMUNISTA, de las filas de la IV INTERNACIONAL.
                                          EL COMITÉ CENTRAL.




CONSTRUYENDO LA IV INTERNACIONAL

ALEMANIA.

Los cuadros de la Liga Comunista Internacional, lucha denodadamente bajo el terror hitleriano. En pleno régimen fascista, nuestros compañeros, cuya posición justa les conquistó el aprecio de grandes núcleos obreros, han visto aumentar sus filas. Numerosos folletos han sido editados en el interior de Alemania y el periódico de nuestra sección “Unser Wort” (Nuestra Palabra), que fuera el primer periódico que se editara después del triunfa nacista circula con profusión, siendo un ejemplo para el P.C. Alemán, que contaba con numerosos recursos materiales.

FRANCIA.

Nuestra sección francesa tiene una responsabilidad inmensa. Francia es hoy, como ayer lo fuera Alemania, la clave de la situación mundial.
Reducidos numéricamente, nuestros camaradas, trabajan fraccionalmente dentro del S.F.J.U. (P. Socialista Francés), para tratar de empujar al proletariado por la senda del frente único y de la revolución.
Su periódico La Verité tiene amplia divulgación, especialmente entre los grupos stalinistas separados del Partido, como el de Doriot, en la gran barriada parisiense de Saint Denis.

U.R.S.S.

Es aquí donde nuestros compañeros sufren los rigores de una persecución ensañada y soez de parte de la burocracia soviética.
En uno de nuestros últimos números publicábamos una versión de las condiciones en que se encuentran los millares de compañeros nuestros que se hallan en presidio y en Liberia. E otro, un manifiesto de la representación de los bolcheviques-leninistas rusos en el extranjero.
En el XVII aniversario de la Revolución, saludamos a nuestros valientes compañeros con fraternidad proletaria.

ESTADOS UNIDOS.

La Liga Comunista de Estados Unidos, nuestra sección norteamericana, realiza notables progresos. El Partido Obrero Americano, en una conferencia celebrada en Pittsburg, ha acordado acelerar su fusión con nuestros camaradas.
Se edita el periódico semanal “The Militant” y la revista mensual “The New International”. La participación relevante en las últimas huelgas, y en especial la de Minneapolis, costó la prisión de los dirigentes Schatman y Cannon. La Tercera Conferencia Nacional se celebró hace pocos días en Chicago.

CUBA.

El periódico “Rayo”, editado por nuestros camaradas cubanos es un ejemplo magnífico de órgano proletario de masas.
El Partido Bolchevique-leninista cubano, tiene una basta influencia sindical y es una de las mejores secciones americanas de la L.C.J.
Una correspondencia activa mantenida con nuestra sección y otras de América, precede a la celebración de la próxima conferencia americana.

ARGENTINA, BRASIL, MEJICO.

En Argentina existen dos grupos que aún no han logrado fusionarse, paso preliminar para un trabajo organizado de masas. Los camaradas de Nueva Etapa y de Tribuna Leninista, deben resolver rápidamente este primer paso práctico para su desarrollo.
En Brasil, en plena ilegalidad, la excelente sección brasileña edita en Sao Paulo, su periódico “Lutta de classes”.
En Méjico el grupo inicial crece rápidamente, editando “La Nueva Internacional” y realizando recientemente mítines periódicos por nuestro compañera, el gran pintor Diego Rivera,. Aquí los compañeros luchan contra los residuos stalinistas, especialmente provocativos y ultimatistas.

ESPAÑA.

Bajo el fuego graneado de la reacción, los compañeros de la Izquierda Comunista Española, han sido los propulsores de las Alianzas Obreras que han llegado a ser los órganos principales del Frente Único.
Con un cariño especial saludamos a estos compañeros, cuyo excelente órgano teórico “Comunismo”, folletos y periódicos han sido los mejores vehículos de nuestras ideas en el continente.

BOLIVIA.

Desde el destierro, grupos cada vez mayores de revolucionarios, desilusionados de la importancia staliniana en la lucha contra la guerra, comparten y defiende nuestras posiciones.
La Agrupación Comunista Boliviana, desde Santiago de Chile, mantiene un intercambio constante de ideas y propagandas con los grupos de Lima y especialmente el grupo Tupac Amaru que dirige Tristán Marof, en Argentina.

EL CRECIEMIENTO DE LA LIGA COMUNISTA INTERNACIONAL.

En números anteriores de Izquierda, hemos soslayado informaciones sobre la prensa y actividades de nuestras demás secciones, en Bélgica, Holanda, Australia, China, Canadá, Centro América (en Puerto Rico acaba de producirse una grave escisión en los cuadros stalinianos), Polonia, Austria, Inglaterra, Suiza, etc.
En todos los países y en todos los continentes, la bandera de la IV Internacional gana contingentes cada vez mayores de obreros revolucionarios.
De la aceleración de este proceso depende la mente de la revolución mundial. Fortalecer los cuadros de la IV Internacional, crear nuevos y poderosos partidos bolcheviques en todos los países, es forjar el triunfo de la revolución socialista sobre toda la tierra.



LOS AMIGOS DE LA U.R.S.S. Y LA REVOLUCION PROLETARIA

Esa especie de Rotary Club internacional del snobismo revolucionario, al servicio de la propaganda de la burocracia soviética, que es la asociación de los “Amigos de la U.R.S.S.”, tiene también en Chile, una filial que, no por ser casi insignificante deja de ostentar todos los rasgos del conservadorismo staliniano.
Los caballeros literatos y artistas más o menos inquietos que la integran, entienden su dichosa amistad como la alabanza incondicional y ciega a todo lo que ocurre en la Unión Soviética. Ni más ni menos que los detractores burgueses de Rusia, que no encuentran en ella cosa buena y la calumnian sistemáticamente en forma gratuita, (o muy bien remunerada), los tartufos sovietizantes, siguiendo el camino inverso, abdican su independencia crítica y renuncian a conocer y enunciar la verdad objetiva en honor a la “disciplina” y al “orden”, del momento, aunque estén basados en le jefatura del necio y del mediocre, asentada en la intriga o en la falta de principios. Y el resultado que obtienen es no sólo aportan un servicio de “buenos amigos” a la causa soviética, que es la causa misma de la revolución proletaria mundial, sino que, con su actitud servil, la dañan, la empequeñecen y la perjudican.
Todos esto no sería demasiado si los flamantes “amigos” no arrojaran también de vez en cuando su parte de veneno sobre a lucha proletaria.. pero la imparcialidad en política es un mito o una mentira ad-usum burgués, y así todos los “amigos” se deciden, por la verdad “oficial”, por la “razón de Estado” oportunista y la infalibilidad de los poderosos, aunque éstos no sean si no unos burócratas corrompidos y reaccionarios. Y repiten al mismo tiempo el insulto y la mentira que son las armas habituales contra los verdaderos revolucionarios, contra los que han mantenido a través de estos años de tragedia y de derrota, con entereza inflexible, a pesar de todas las mixtificaciones y castigos, los principios auténticos del comunismo.
 En el último número de la revista “Hechos de la U.R.S.S.”, de los “amigos” chilenos, viene un ataque contra los “trotzkystas”, a quienes se califica de contra-revolucionarios con esa inconsciencia irresponsable que el proletariado conoce ya suficientemente. Resulta hasta divertido que, en los precisos momentos en que la III Internacional cae en bancarrota por los errores nacionalistas de sus dirigentes stalinianos, cuando los bolcheviques-leninistas reivindicamos la reconstitución del movimiento comunista, mediante la creación de la IV Internacional, estos señores nos tilda de “contra-revolucionarios” desde su comodidad de meros simpatizantes de “un país”, por muy socialista que éste sea.
¿Cómo entienden estos caballeros, la defensa de la Unión Soviética? ¿Creen acaso que puede abordarse por otro camino que el de la revolución social proletaria? ¿Creen tal vez que la revolución puede limitarse a un solo país, aislado del resto del mundo capitalista?
Y si creen que la U.R.S.S. encuentra su mejor defensa, su única defensa definitiva, en la extensión mundial de la revolución socialista, ¿cómo piensan que ésta ha de asegurar su progreso y su triunfo final? ¿Por medio de la táctica de derrotas, de divisionismo y desorganización del movimiento proletario que la III Internacional viene practicando en todos estos últimos años?
Pero es inútil preguntarlo. La posición de los amigos de la U.R.S.S., es la de la burocracia soviética y ésta sigue sosteniendo que las derrotas son victoriosas y que el triunfo de la revolución mundial está supeditado a la construcción del socialismo en un solo país, en la Unión Soviética, que es posible la edificación del socialismo y la abolición total de las clases “hasta en la conciencia de los hombres” (Molotov), en un país asilado en el cuadro de la economía capitalista mundial y en un número reducido de años.
Nosotros creemos –por el contrario- que en las circunstancias actuales, en la época del imperialismo, cuando la economía capitalista abarca el mundo entero, la construcción integral de la sociedad socialista no puede ser finalizada sino sobre la arena mundial, mediante el triunfo de la revolución proletaria internacional y la dictadura proletaria. Y mientras esto no se produzca el proletariado victorioso en un país  aislado –en la Rusia, por ejemplo- no podrá ir más allá de las premisas del socialismo y deberá –forzosamente si no quiere perecer- limitarse a consolidar las bases económicas de su dictadura, fomentar y propagar la revolución en el resto del mundo, de la que ha de ser su fortaleza y su vanguardia.
Como consecuencia del olvido de esta verdad fundamental del marxismo, la III Internacional ha perdido su perspectiva revolucionaria y se ha convertido en una simple agencia chillona de propaganda de la Unión Soviética. Para los dirigentes actuales de la I.C., que son también los dirigentes del Estado Soviético, los intereses internacionales del proletariado quedan  relegados a segundo plano ante los intereses nacionales de la U.R.S.S. Esta concepción es el resultado de la preponderancia cada vez mayor de la burocracia soviética en la marcha del estado proletario ruso; sometido así a un proceso de degeneración creciente. Sus consecuencias las tenemos a la vista:  la incapacidad de la I.C. para conducir a la victoria al proletariado, el auge de la reacción fascista en todo el mundo, que amenaza aun a la U.S., obligada a entrar en pactos con determinado bando imperialista para sortear la amenaza.
La IV Internacional se alza en estos momentos para salvar las inmensas conquistas del proletariado ruso de la agresión imperialista mediante la marcha victoriosa de la revolución mundial, para destruir junto con él los obstáculos que se encuentran a su paso.
La bancarrota del capitalismo es un hecho. Pero junto con ella la quiebra de las dos internacionales obreras impide que el proletariado aproveche estas circunstancias para derribarlo e instaurar su dictadura.
Como ha dicho Trotsky, “no debemos olvidar que la burguesía es una clase viva, con profundas raíces en la Historia” y que el proletariado deberá perfeccionar hasta el máximo su organización y sus métodos para derrotarla.
La IV Internacional viene a llenar este papel dinámico.
Y ello se hará a pesar de la burocracia derrotista y retardataria, a pesar de los “amigos” ingenuos y la bobería de tantos, a pesar de todo…
                                                
Ismael Suárez



LOS PANIFICADORES CONTRA SU EXPLOTACION
Las bolsas estatales que trata de imponerles el gobierno clerical y reaccionario serán enérgicamente combatidas –La concentración del Domingo pasado en Viña del Mar.

Los trabajadores están posesionados de la odiosa persecución de que ha sido objeto nuestro periódico, por parte de las “tropas de asalto”  de la Sección de Seguridad, motivo que ha venido impidiendo la salida de nuestro órgano en l formato de cuatro páginas; esto nos ha impedido continuar adelante con la defensa de los intereses de clase, de los compañeros panificadores, los que, después de tener que sufrir toda clase de ignominias por parte de sus patrones, tienen, además, que luchar contra la persecución sistemática del actual Gobierno.

El Gobierno de “Amor fecundo” ante los panaderos

No ha quedado atropello que este Gobierno no haya cometido en contra de los obreros, y este gremio de los compañeros panaderos ha sido una de as mayores víctimas.
Expoliado por sus patrones, todavía se cierne sobre ellos la amenaza de un nuevo zarpazo con la implantación de las bolsas estatales, que el democrático Ministro Serán, está vivamente empeñado en establecer.
Esas bolsas estatales son una larga aspiración que acarician los patrones, desde largo tiempo atrás. Reiteradas tentativas había hecho ante gobiernos pasados, primero ante Ibáñez, después ante Dávila, pero siempre con el mismo resultado negativo, pues, se temió a las consecuencias. Ahora el terreno está suficientemente preparado para imponer estas bolsas: el proletariado es sometido a una represión feroz, sus líderes so encarcelados y sus organizaciones sometidas a un espionaje como jamás se había conocido.
Contando la reacción con un Ministro servil en la cartera del Trabajo, al fin se va a materializar la añeja tentativa de los explotadores de la industria del pan.
La clase obrera combate esta medida porque sabe que de ella se van a desprender peligrosas consecuencias para su organización. Las bolsas estatales, son el primer paso hacia la desorganización, hacia el rompimiento de sus organismos de combate. Son, en una palabra, la entrega de los trabajadores, maniatados y amordazados a la furia canibalesca de sus verdugos.

Una gran concentración se verificó el Domingo pasado

Nuestro periódico que recorre desde un extremo a otro del país, llevando a conocimiento de las masas su voz de alerta, denunció desde el comienzo la maniobra, y por nuestro intermedio todos los sindicatos de panaderos comprendieron que sólo una estrecha unión podía librarlos del crimen que se piensa cometer con ellos.
El Domingo pasado se verificó en Viña del Mar, una gran concentración de los más fuertes organismos de panaderos de Quillota, Valparaíso, Aconcagua, Viña y Quilpue. En este ocasión se pronunciaron enérgicos discursos en que los delegados se refirieron con frases de condenación, `para el Gobierno que persigue a sus organizaciones y pretende aún destruirlas para entregarlas a la más ruin e infame explotación.
En aquella asamblea se dio lectura a la presentación que los obreros acordaban elevar al Ministro demócrata, Serán, manifestando su franca oposición a las bolsas estatales.

Qué son las bolsas estatales

En días pasados dimos cuenta de cinco artículos que contienen las disposiciones principales del reglamento de las bolsas estatales; por ellos los trabajadores han debido imponerse de una serie de acápites carcelarios, llamados a impedir todo acto de libre expresión de las ideas y de un cuerpo de soplones que el Gobierno pretende establecer en medio de los panaderos.
Ahora queremos referírnosla artículo 7, que dice así:
Artículo 7.o Dictación de un Reglamento Interno, especificando atribuciones y deberes del Comité Paritario. Este Reglamento determinará quienes tienen derecho a ser clasificados profesionales panificadores. Se establecerá el derecho a voto del representante de la Inspección del Trabajo. Se fijará que la remuneración de los representantes obreros en el Comité Paritario, será igual al salario de un oficial.
De este artículo se desprende que quedará al criterio de quien resuelva el Comité Paritario, la facultad de conceder el DERECHO, a ser clasificado profesional.
Y como en el mismo artículo se establece que la Inspección del Trabajo tendrá derecho a voto, por lo que la función de los representantes obreros será totalmente nula ya que siempre estará en minoría.
Los trabajadores sabe que este excelente Gobierno “popular” ha puesto en juego todos los más detestables recursos para delegar en elementos reclutados desde la Moneda, lacayos de profesión, la representación obrera, de tal manera que a lo mejor los dos representantes obreros, de que habla el artículo 6.o resultan dos agentes de investigaciones.

Panaderos, adelante

Sabemos que todos los sindicatos del país han dirigido comunicación a los organismos de la zona central manifestándoles que ellos están dispuestos a secundar, apenas le transmitan el acuerdo, de ir a un movimiento general para impedir la consumación del inicuo atentado que se piensa cometer.
El valiente gremio de panificadores está dispuesto a defender sus derechos. Preparemos la solidaridad con ellos de toda la clase.



OBREROS DE LOS ARSENALES DE TALCAHUANO TRABAJARON SOLO CINCO DIAS

Los obreros del arsenal de Talcahuano, en este último tiempo, además de la amenaza de ser lanzados 300 a la cesantía, han venido sufriendo las consecuencias de un nuevo método de SOLUCIONAR LA CESANTIA: a los obreros que ganan $9 arriba, se les obliga a trabajar solamente 5 días, y a los de 49 abajo, seis días; de lo que resulta una nueva forma de cercenar los salarios de los obreros con el pretexto de que falta dinero, a pesar de que el diputad gobiernista Dionisio Garrido en una asamblea de la Unión Sindical de ex Obreros de los Arsenales de Marina declaró que había dinero suficiente para que los obreros terminaran el año trabajando los seis días semanales, lo que ha resultado un mito, en vista d que solamente los obreros que ganan de NUEVE hasta CUATRO pesos se les abonan los seis días.

Celebración del día de la primera sección

A la forma de cercenar los salarios de los obreros de los Arsenales, se ha agregado al obligación de celebrar el día de la primera sección de los Arsenales. Se ha obligado a los obreros que trabajan a jornal en dicha sección de que tienen que poner un día de trabajo, a fin de celebrar el 8 de Diciembre, que es el día indicado. Pero los obreros del Arsenal ya han formulado su protesta por estos descuentos que no significan más que explotación, y están dispuestos a no asistir a dicha manifestación.

FUERA LOS DIVISIONISTAS DE LA CLASE OBRERA

En este último tiempo, en este puerto, se ha venido desenmascarando por sí sola la política divisionista de la Foch dentro de la Unión de Empleados y obreros de los Arsenales de Marina. Después de haber lanzado un panfleto infame el 9 de Octubre, han seguido en su labor de destrucción de dicha organización insultando a los dirigentes en la forma más soez, y es así como el 17 no pudiendo lanzar sus panfletos han seguido pegando en los carros del dique papeles escritos a máquina en los cuales demuestran toda su  incultura e infamia en contra de los Hidalgo-Trotzkistas, grovistas y dirigentes de la Unión Sindical.. dicha organización hizo una publicación en la cual manifestaba que se discutiría la entronización de un grupo reconocido como enviado por la Foch, grupo que no hacía otra cosa que dividir a los dirigentes y obreros, y aprobaría un voto de cesura como también la expulsión de estos elementos. En conocimiento de esto la Foch envió una delegación de matones a fin de defender los cargos que se le hacían.
La exposición de uno de los delegados fue  que la Foch no había tenido conocimiento de dichos panfletos y que el grupo había obrado equivocadamente, quien cayó en contradicción con otro de los delegados, que manifestó que la Foch había probado la publicación de dichos panfletos. Al contestar algunos compañeros haciéndoles ver su política errada, formaron como siempre griterías y desórdenes.
Pero los obreros ya ha aprendido a defenderse de esta clase de elementos y con la Convención de Febrero han demostrado que quieren la unión de los trabajadores formando la verdadera UNION SINDICAL, sin distinción de ideas ni tendencias.


RECONSTITUYAMOS LA UNION DE OBREROS MUNICIPALES

La huelga de los obreros municipales  ha sido una de las experiencias más dolorosas y sangrientas que el proletariado ha sufrido bajo la dirección staliniana en nuestro país.
A pesar de las previsiones de los bolcheviques-leninistas, la huelga fue acordada bajo la presión de los lafertistas ocultos tras la careta de un “grupo Foch”, sin considerar absolutamente ninguna de las circunstancias que podían darle el triunfo.
Se olvidó, lisa y llanamente, que en el período de depresión del movimiento obrero que vivíamos entonces en mayor escala, era difícil procurar a la huelga el apoyo material y moral del resto de la clase y que el frente único proletario era débil y sin organización.
Se olvidó que en las condiciones de cesantía imperantes –y siendo el trabajo de los compañeros municipales un trabajo simple,- no habría de faltar un ejército de rompe-huelgas, cesantes desmoralizados por el hambre, dispuestos a venderse por algunos centavos y a romper sin conciencia de clase la lucha de sus hermanos por el pan.
Se olvidó que las huelgas se sostienen con “medios económicos”, no se formó previamente una caja de huelga y se la declaró uno o dos días antes del pago.
Se olvidaron, pues, todas las exigencias de una lucha huelguística bien preparada y bien llevada. Aún más, se cometió por los stalinianos el crimen canallesco de mentir a los obreros municipales para lanzarlos a la acción. Los enviados de la malhadada Foch dijeron a los municipales que la huelga estaba declarada por diversos gremios y por declararse en otros (ferroviarios, tranviarios, etc.)
Tal como habíamos anunciado a los compañeros municipales, pidiendo la preparación cuidadosa de la huelga, ésta fue derrotada fácilmente por la burguesía, que asesinó y masacró en forma inicua a los huelguistas. La solidaridad proletaria de protesta se manifestó entonces, pero ya era tarde.
La responsabilidad de esta derrota recae entera sobre el Partido Comunista, sobre su táctica de aventuras irresponsables. Los obreros municipales lo han comprendido así.
Existe actualmente un profundo descontento entre los obreros municipales, que se ven atropellados continuamente sobre la Municipalidad, sometidos a salarios irrisorios, sin ninguna clase de libertades y derechos. Mediante el establecimiento (incompleto)


TROTZKY VIVE EN EL CORAZON DE LAS MASAS

En días pasados conversando –porque a veces se puede conversar- con un militante del Partido Comunista me decía que la tentativa nuestra de crear la nueva Internacional no era sino el reflejo de un despecho por estar fuera de los cuadros de la III Internacional. Nada puede revelar mejor que esta opinión l distanciamiento enorme que existe –y que se profundiza cada día- entre los militantes organizados de la III Internacional y los intereses de clase del proletariado y clases trabajadoras del mundo.
A raíz del primer triunfo proletario internacional la Internacional Comunista surge entre las batallas y los combates de la clase obrera del mundo, o sea, surge de la experiencia viva de las masas explotadas. El fracaso de la II Internacional se pudo constatar palmariamente en la guerra; pero la III Internacional requería para su creación algo más que el fracaso de la II, requería que la fábrica, la calle, el campo, el taller, la mina y la pampa crearan experimentalmente los cuadros revolucionarios de la Internacional Comunista de Lenin y de Trotsky. La necesidad de una dirección central, la pudo palpar cada obrero del mundo viendo ante sus ojos el panorama de los éxitos que su clase obtenía en la lucha a muerte entablada contra la burguesía internacional. Lenin liquidó por su cuenta la II Internacional antes de la creación de la III y reagrupó a los hombres más conscientes en Kienthal y Zimmerwald, bajo la enseña de la nueva internacional; sin embargo, no planteó este problema ante el proletariado mundial de una manera consecuente hasta que éste no se hubo convencido por experiencia de que el vejestorio de la II Internacional sólo servía para ser obsequiada a la burguesía como adorno de sus salones.
La III Internacional no nació del despecho de Lenin y de los bolcheviques por estar fuera de los cuadros de la II Internacional. La Internacional Comunista brotó del choque sangriento del proletariado y la burguesía, cosa que no puede comprender ningún stalinista.
Trotsky, el hombre de la Revolución Rusa, el camarada de Lenin, su compañero de ruta, sobreviniéndole mantiene en altota estrategia marxista por encima de las claudicaciones de los cuadros directores de la III Internacional. La burocracia de la Internacional Comunista expulsó de sus filas a Trotzky y a los que siguiéndole tratan de reivindicar el comunismo ante el proletariado mundial, ente el propio proletariado de la Rusia de los Soviets. Pero tal como ayer la II Internacional expulsó a los bolcheviques y permitió que se clarificara  el proceso de la organización de la III, ahora la expulsión de Trotzky y de los actualmente militantes de la Liga Comunista Internacional, permite la organización de los cuadros de la IV Internacional. Se recorren al perecer los mismos caminos, pero siempre en una etapa más elevada. Nadie se baña dos veces en el mismo río.
La burocracia de Stalin echó Trotzky de la III Internacional; pero no obtuvo siquiera el pequeñísimo éxito de expulsarlo del corazón o del cerebro del más insignificante obrero del mundo. Ahora, con mayor razón que ayer, el proletariado aprieta sus filas alrededor de la figura máxima de León Trotzky. Si ayer el proletariado contó con Lenin, Trotzky y el grupo de camaradas que todavía desde esa ficha siguen la misma ruta, hoy no cuentan sino con Trotzky, y los cuadros nacientes de la IV Internacional. Stalin con su burocracia están dentro de la Internacional de Moscú, pero fuera del proletariado, lo que es decir. contra él. Trotzky y los militantes de la Liga Comunista, están fuera de la Internacional Comunista, pero están dentro del proletariado, lo que es decir, contra la burguesía imperialista mundial. La cuestión es clara.
Años pasaron antes de que surgiera el grito de llamada a la IV Internacional, se recorrió un largo y lento camino de claras demostraciones, de experiencias vivas y diarias de los rieles de la oposición , tratando de hacer recuperar a la Internacional Comunista la ruta proletaria. ¿Fue vano el empeño? No y mil veces no. A través de esa ruta so pudieron los bolcheviques leninistas del mundo conocerse y reagruparse; a través de esa ruta pudo el proletariado constatar desde 1923 –año en que Trotzky inició el ataque contra la burocracia del Partido Comunista Ruso- y por intermedio de las derrotas sucesivas en Asia, Europa Oriental y América bajo la dirección del nuevo rumbo de la Internacional hasta culminar en la derrota del proletariado alemán, la necesidad de una nueva dirección, de una nueva vanguardia.
Si ayer fue hasta cierto punto más fácil la formación de la III Internacional por afianzarse ésta en la revolución rusa triunfante, ahora las dificultades para la creación de la IV Internacional crecen en proporción a la resistencia que opone el aparato que la revolución rusa generó. En ambas circunstancias, la vitalidad revolucionaria del proletariado podrá vencer las dificultades, pero reagrupando sus mejores hombres y dando vida al nuevo partido sección, sección de la nueva internacional.

Jorge Lewis.






LA DEFENSA NACIONAL REVOLUCIONARIA Y SU SIGNIFICACION

9. La defensa nacional revolucionaria es la más considerable y chocante de las manifestaciones de la ola pequeño-burguesa que ha caído sobre “casi todo”. El progreso y el triunfo de la revolución rusa no tienen peor enemigo.
Quien haya cedido a este punto y no haya sabido recobrar su libertad está perdido para la revolución. Pero las masas ceden de otra forma que los jefes y recobran de otro modo su libertad, después de otra revolución, por otros procedimientos.
La defensa nacional revolucionaria es, por un lado, el fruto del engaño de las masas por la burguesía, el fruto de la confianza inconsciente de los campesinos y parte de los obreros, y por otro lado, la expresión de los intereses y de la mentalidad del pequeño explotador, interesado hasta cierto punto en las anexiones y beneficios bancarios; “piadoso” guardián de las tradiciones del zarismo, que ha pervertido a los hijos de la Gran Rusia, exigiéndoles en verdugos de las demás naciones.
Debemos saber  explicar a las masas que el carácter político y social de la guerra no está determinado por la buena voluntad de los individuos, de los grupos o hasta de los pueblos, pero explicárselo por la situación de la clase que hace la guerra, por la política de clase cuya continuación es la guerra, por las relaciones del capital, fuerza económica dominante en la sociedad moderna, por el carácter imperialista del capital internacional, por la dependencia financiera, bancaria, diplomática de Rusia a Inglaterra, Francia, etc. Explicarlo a las masas con conocimiento de causa, de manera bien inteligible, no es fácil, y ninguno de nosotros sabría llegar a hacerlo sin error, de buenas a primeras.
Pero esa debe ser la tendencia, ese debe ser, más exactamente, el contenido de nuestra propaganda, ese y ningún otro. La menor concesión a la defensa nacional revolucionaria es una traición al socialismo , un abandono completo del internacionalismo, cualesquiera que sean las lindas frases y las consideraciones “prácticas” con que se justifique.
La consigna “¡Abajo la guerra!” es justa naturalmente; pero no tiene en cuenta los objetivos particulares del momento, ni la necesidad de dirigir de otro modo, a las masas. A mi juicio, se parece al grito de guerra “¡Abajo el zar!” que los ingenuos agitadores de los buenos tiempos viejos lanzaban valientemente en las calles… para hacerse segar. La mayoría de los representantes de la defensa nacional, obra de buena fe, no que todos sus individuos lo sean, pero, en calidad de clase, pertenecen a las clases obreras y campesinas pobres, que no tienen realmente nada que ganar ni perder con las anexiones ni la destrucción de los demás pueblos. Ocurre todo lo contrario con los burgueses y los señores intelectuales, que se dan muy buena cuenta de la imposibilidad de renunciar a las anexiones sin renunciar a la dominación del capital y engañan a las masas con lindas frases, promesas desmesuradas, y palabras utópicas.
La mayor parte de los partidarios de la defensa nacional considera las cosas sencilla y vulgarmente de esta forma: “Yo no quiero anexiones, el alemán se me echa encima, luego defiendo una causa justa y no unos intereses cualesquiera imperialistas”. Lo importante es explicar a esa mayoría siempre, sin cesar, que no se trata de deseos personales, sino de relaciones y condiciones políticas, de masas, de clases, de los vínculos de la guerra con el capital y al red financiera internacional, etc. Este modo de combatir el oportunismo es el único serio y promete un buen éxito, que no será quizá muy rápido, pero que es seguro y duradero.

Nicolás Lenin

Del II Congreso de la Izquierda Comunista
TESIS POLITICA NACIONAL

I.- Los fuertes embates sufridos por el régimen democrático liberal dan al período, que éste vive actualmente en Chile, características especiales que, modificándolo superficialmente, trazan a grandes rasgos las corrientes internas y subterráneas que tratan de romperlo en definitiva.
Las posibilidades inmediatas de un rompimiento violento de la cáscara democrática-liberal por parte de la burguesía misma se encuentran, en el período actual, dentro de la tercera presidencia de Alessandri, en la organización de cuerpos armados especiales con una clara finalidad político-social y con una precisa trabazón histórica con la crisis  orgánica  que sacude el sistema hasta sus raíces.
Para darse cuenta cabal de la marcha que sigue la reacción se debe analizar concretamente el proceso social que viven hoy las masas trabajadoras del país, sus condiciones de resistencia y de ataque, el ritmo de su desorganización por la cesantía y paro forzoso y su mayor o menor papel político activo en la conversión del régimen, efectuada pausadamente por la burguesía basada en las capas medias de la pequeña burguesía.
La crisis política ha tenido altos y bajos, estando actualmente  en incubación una nueva fase con características distintas de las anteriores, pero que extendiéndola la hace simultáneamente más profunda y radical.
Y toda la crisis ha sido el reflejo más o menos directo de la crisis económica con sus alternativas de estabilización y agudizamiento de la crisis orgánica por la  mayor rapidez y precipitación de las crisis cíclicas del capitalismo monopolista. Ya no se presentan cada diez o quince años, sino que varios en un año, revelando su intensidad; teniendo, por la misma centralización mundial monopolista del capitalismo, a sobrepasar los límites capitalistas.
Se suma al agudizamiento de la crisis económica la existencia de la RUSIA SOVIETICA que, pese a todas las traiciones de la burocracia nefasta que la dirige, aún pertenece al proletariado el régimen de propiedad de la producción; pero simultáneamente, y en distinto plano, se suma a la agravación de la decadencia capitalista la existencia del fascismo como régimen político de coerción y como pretensión de detener la crisis, desviándola en una mayor explotación de las masas trabajadoras a base de la destrucción de todos sus componentes vitales de la democracia proletaria dentro del marco capitalista.
Las contradicciones se agudizan e históricamente se multiplican por el alcance mundial de la concentración y centralización del capitalismo monopolista, que ya no permite ensanchamiento de su mercado sino a costa de la disminución o del desalojo de un imperialismo por otro, lo que trae en consecuencia la tendencia a superar la crisis en una coalición armada de los imperialismos por un nuevo reparto del mercado mundial.
II.- La situación en que está colocado CHILE, como todo país semi-colonial, hace que experimente los golpes y contragolpes de la economía capitalista mundial directamente, como participante en la producción de materias primas  y por tanto en el comercio y mercados mundiales, e indirectamente agravándolos e intensificándolos para formar parte del giro imperialista norteamericano.
La economía de Chile se fundamenta en la producción de salitre y cobre derivados como materias primas de exportación. La producción manufacturera y agrícola es parásita de la producción salitrera y minera en general. La industria salitrera, por intermedio de la COSACH, fue entregada al imperialismo norteamericano bajo la dictadura de Ibáñez y hoy bajo el gobierno de Alessandri; bajo el constitucionalismo ha sido remachada la entrega, reconociéndoles a los norteamericanos e ingleses todos sus derechos sobre el salitre depositado en el exterior como sobre la industria misma. Chile actualmente no cuenta con el salitre sino en cuanto el imperialismo internacional cuente para sus necesidades del mercado con el salitre natural. La economía chilena es un rubro en el presupuesto industrial norteamericano; si al imperialismo conviene lo mantiene y si no, lo borra simplemente.
La crisis económica en Chile alcanza grados desconocidos para las masas trabajadoras y cada vez más t en forma más rápida, el paro forzoso alcanza mayor contingente de obreros y subproletariza un mayor sector de cesantes, que alcanzan la cantidad variable de medio millón.
Solamente los pedidos de trabajos varían mensualmente en la Oficina del Trabajo entre 60.000 y 80.000.
El agudizamiento de la crisis condiciona el agudizamiento de los métodos de represión, sobrepasando el constitucionalismo demagógico de Alessandri y yendo directamente al exterminio en masa de la cesantía por medios policiales; por traslados de una parte a otra del país y pasándolos, pos tanto, a la estadística de los con trabajo; por la supresión inmediata de las raciones y de los centros de racionamientos; por la ocupación del ochenta por ciento del rubro de los presupuestos destinados a los cesantes en pago de fabulosas comisiones y de sueldos; por el concurso directo del Estado en la defensa de las fábricas y centros industriales con la organización de una Brigada especial de seguridad, etc.
 La política de la dictadura constitucional de Alessandri, en lo que respecta a la cesantía y al trabajo de las masas productoras, se puede resumir en las siguientes medidas; aumento de los carabineros en la cantidad de DOS MIL; supresión de los centros de racionamiento y de las raciones (exempleados y profesionales que reciben raciones en crudo); formación de las Brigadas de seguridad, Milicias Republicanas; delitos por injurias al Presidente de la República; progresivo aumento de los impuestos indirectos y aumento de los impuestos directos en lo que concierne a la exportación de ciertos artículos como trigo, etc.; aumento de los sueldos y empleados públicos y creación de nuevas reparticiones para cumplir con las exigencias  crecientes de la oligarquía y burguesía, ligadas directamente al Estado por intermedio de la burocracia; fuerte censura de prensa y regularización de las acusaciones a directores y colaboradores de diarios, revistas, más o menos independientes, por opinar contra el Gobierno o contra cualesquiera de sus allegados interiores o exteriores; liquidación de las leyes del trabajo, poniendo los Tribunales del Trabajo bajo el dominio de la Corte Suprema; ocupación de los fondos del Seguro Obrero en gastos y compromisos ajenos a los trabajadores; oposición cerrada del GOBIERNO DE ALESSANDRI y de sus representantes en el Parlamento a la fijación del salario mínimo en la industria salitrera y que es norma que no se fije en la industria particular ni en la agricultura; supresión de la jornada de seis horas en las obras fiscales; rebaja de los salarios, tanto en las obras fiscales como en la agricultura e industrias; militarización de las fábricas y empresas, etc.
Alessandri con su ya conocida fraseología pretende explicar el feroz ataque a las condiciones de vida de las masas trabajadoras por la necesidad de reajustar las entradas con las salidas en el presupuesto fiscal que, no contando con las entradas por derechos del salitre, se deben financiar única y exclusivamente con los impuestos indirectos (a los artículos de primera necesidad) y directos a la importación y que es prácticamente otro impuesto al consumo de las masas trabajadoras.
Se aumenta el margen de préstamos en las instituciones de crédito dependientes del Estado; Instituto de Crédito Industrial, Minero, Caja de Crédito Agrario, ayuda a la industria salitrera, etc.
 Se ataca violentamente la ley 33, elaborando un nuevo plan de financiamiento que ataca directamente a las masas pobladoras y dueños de mejoras, dejándolas en su enorme mayoría entregadas a la usura y al embargo de sus sitios mejorados. El 75% del Presupuesto se financia por los impuestos directos o indirectos.
III.- El régimen político de la dictadura encubierta de Alessandri se caracteriza por su decisión sistemática de prescindir del juego de los partidos políticos como centro de la acción directora del gobierno.
La oligarquía fundiera, representada por el Partido Conservador; la plutocracia financiera, por el Partido Liberal; los sectores superiores de la pequeña burguesía, por el Partido Radical; los sectores medios y gran parte de las bajas capas pequeño-burguesas, en el Partido Demócrata, con ciertas influencias sobre el proletariado y campesino a través del artesanado industrial y rural, forman el panorama político democratico-liberal que hace el juego a los intereses de la burguesía imperialista.
Las divisiones internas que reflejan políticamente las profundas grietas de la economía, hacen de los paridos políticos un estorbo efectivo para la marcha normal de la transformación dictatorial que se opera en el régimen constitucional de Alessandri.
Débense superar las competencias burocráticas de los partidos políticos burgueses por concesiones oficiales, traducidas en la creación de nuevas y costosas reparticiones públicas; en la dictación de leyes cada vez más represivas, políticas y económicas, trabando, por una parte, el libre juego de la política de Alessandri y acelerando, por otra, la quiebra definitiva del régimen parlamentario.
El juego de los acontecimientos está en forma efectiva en las fábricas, en la calle, en medio de las grandes masas de trabajadores del campo y de la ciudad, pero se debe aceptar esta tesis en su sentido general, no transformándola en una verdad dogmática buena para toda hora y lugar. En Chile, el Parlamento aún puede desempeñar un papel activo y sobre todo importante en lo que afecta a la polarización de las fuerzas políticas.
El bonapartismo se basa  en la existencia de las Milicias Republicanas y se desenvuelve en la constitución presidencial existente. Los límites posibles de oponer por parte de los mismos partidos burgueses y pequeño-burgueses se imposibilitan prácticamente por la oposición de palabra a que el juego parlamentario reduce toda lucha contraria a los intereses de Alessandri.
La política presidencial (pre-bonapartista) se reduce positivamente a eliminar como factor político activo al Parlamento. Los partidos políticos burgueses, pequeño-burgueses y los de Izquierda y de extrema Izquierda hacen el juego al bonapartismo, cada uno a su modo y en su plano de acción.
Las derechas piden la defensa del ordeno, lo que es igual, la defensa del régimen actual –régimen de hambre y de miseria para las grandes masas productoras- y en su nombre acuerdan todo lo que tienda a robustecer la autoridad presidencial. El Partido demócrata, que juega al centro con alas que lo introducen en la derecha a ultranza y en la izquierda parlamentaria, es factor simplemente parlamentario y electoral y siempre de acuerdo con el gobierno que existe, por tanto es un partido que estado siempre con la mayoría gubernativa concurre con su demagogia y oportunismo al refuerzo del presidencialismo. El Partido Socialista, brotado del 4 de Junio y amalgama de todos los grupos socializantes, es el partido que trata de crecer y de desenvolverse jugando ala oposición cerrada y sin hacer el menor hincapié en las diferencias de circunstancias ni de las modificaciones producidas en la correlación de fuerzas políticas, ayuda con su revolucionarismo pequeño-burgués a la liquidación parlamentaria y al robustecimiento del régimen presidencial. El Partido Comunista, con su eterna canción de las conspiraciones de grovistas, ibañistas, hidalgistas, nacistas, etc., da razón al régimen para que se defienda acudiendo a la provocación y a las luces de bengala del alarmismo crónico; su inconsistencia es de tal magnitud que ya no trepida en las mezclas conspirativas y las construye de los más variados matices, sin que en ninguna de ellas falten los “trotskistas”. El estridentísimo oficialista, sobrepasando los límites de la lucha fraccional, beneficia positiva y efectivamente la política de concentración de fuerzas capitalistas que prosigue sistemáticamente Alessandri. La Izquierda Comunista demostró en su momento oportuno el papel del parlamentarismo y su significación dentro de este período de quiebra del régimen democrático burgués, de crisis orgánica capitalista y demostró de una manera precisa que el eje de la lucha estaba fuera del parlamento; poro a pesar de su posición exacta, le cabe también la responsabilidad correspondiente por no haber sabido aprovechar las coyunturas que el juego reaccionario (oligarco-conservador) de Alessandri generó, creando momentos de positiva efervescencia, fáciles de transformar en una causal de agitación política basada e íntimamente ligada al descontento disperso de las masas trabajadoras por las terribles condiciones de vida y de trabajo a que están sometidas.
A las masas trabajadoras y al proletariado en primer lugar no interesa la constitución sino en cuanto le permite organizar sus cuadros para la lucha contra el régimen capitalista. Pero actualmente, en que al peligro bonapartista, peligro palpable y de fácil cálculo (40.000 milicianos armados), se suma el nazismo criollo  que como una consecuencia directa se prepara a la toma del poder, la izquierda Comunista tiene la obligación de robustecer la acción política de las masas trabajadoras usando los medios que los acontecimientos le ponen al frente.
La oposición del parlamentarismo al presidencialismo debe ser uno de los centros nerviosos de la agitación polarizadora del descontento latente de las masas trabajadoras.
IV.- Las relaciones de las fuerzas de los partidos de la burguesía entre sí varían en la misma forma que varía el monto de sus granjerías administrativas. Ya no depende el juego de sus fuerzas sino de simples relaciones burocráticas. Su parasitismo ha llegado a tal grado que las relaciones de producción son para ellos simples relaciones burocráticas estatales y su descomposición es pareja a la descomposición del régimen democrático liberal. Las divergencias que les dividen tienden rápidamente sebrepasarse en pactos que de ocasionales se van transformando en permanentes, integrando el frente reaccionario. La dinámica de este proceso es la dinámica del bonapartismo y que, en último término, es la del fascismo cuando ese proceso revolucionario de la integración del proletariado en el frente único de clase. 
El capitalismo, bajo la presión de la crisis orgánica que la hunde, tiende a trasformar el régimen político de partidos por el régimen del ESTADO-PARTIDO, yendo a la eliminación de todos los resortes creados por la democracia capitalista para detener  el avance revolucionario de las masas trabajadoras, reemplazándolos por terror de clase practicado directa y eficazmente por el Estado fascista.
La Convención Demócrata como la Convención Radical dieron a conocer la necesidad de izquierdizar la política en un momento que la lucha contra las facultades extraordinarias era la lucha contra la intervención imperialista en las salitreras; era la lucha contra el alza de las tarifas de alumbrado; contra el alza de los artículos de consumo; era la lucha contra la Sección de Investigaciones por el asesinato de Anabalón y Mesa Bell y era la lucha sorda, pero constante, de las masas trabajadoras por la libertad de prensa, reunión, palabra, huelga y organización. Y debido a la desorganización de los cuadros sindicales y políticos del proletariado dio resultado la maniobra de las Convenciones que reconocían la lucha de clases y reconocían la existencia del hambre, miseria y paro forzoso, como una maniobra demagógica de evitar la polarización del descontento creciente de las masas trabajadoras y pequeño-burguesas.
El crecimiento del Partido Socialista es el mejor síntoma de la desorientación política de las capas empobrecidas de la pequeño-burguesía y de sectores del proletariado hastiados de la pacotilla, de los insultos y de las falsedades del comunismo oficialista.
Los partidos tradicionales tienden a reunirse en un block aparentemente parlamentario, pero en realidad de defensa de sus intereses de clase, impulsar al gobierno de Alessandri a una colaboración efectiva con ellos y hacer aprobar leyes de excepción contra los comunistas, declarándolos fuera de la ley y destruyendo consecuentemente toda la legislación del trabajo y quitando a las clases trabajadoras toda posibilidad de defensa legal de sus intereses de clase.
La normalidad democrática burguesa puede halar, en caso de que la Izquierda Comunista no proceda acertadamente en sus tácticas, en una alianza del Partido Demócrata y el Parido Socialista, un refugio de peligro extremo para la revolución proletaria.
Una alianza de esta clase daría lugar de inmediato a una polarización de fuerzas acarreando hacia su seno a enormes masas de pequeño-burgueses y del proletariado y clases trabajadoras en general, que pondría en peligro inmediato la existencia de toda organización y movimiento independiente del proletariado.
En la situación concreta que vive la clase obrera es posible prever una maniobra del gobierno o, mejor, una maniobra de Alessandri, que trata de captar a su política bonapartista en desarrollo a las grandes masas productoras. Buscar el apoyo de una alianza Demócrata-Socialista, para anular toda resistencia posterior de los trabajadores a la disolución del Parlamento y a la toma plena del poder, sería por parte de Alessandri o parte del ministro que quiera sustituirle (como Ministro del Interior) una maniobra acertada para eliminar simultáneamente cualesquiera oposición de extrema derecha que le saliera al paso.
Actualmente la correlación de fuerzas políticas es favorable a la burguesía. La pequeña burguesía no llega aún a caracterizarse en un afán de hacer valer sus reivindicaciones inmediatas; baila en la cuerda floja de los compromisos y componendas Radical-demócrata. 
En los momentos de quiebra y de desgaste físico y económico que vive la burguesía, importan los problemas superestructurales en un grado muy superior a las masas trabajadoras del campo y de la ciudad.
V.- La IZQUIERDA COMUNISTA, débil en número y en recursos, va siendo cada vez más necesitada por el proletariado como ESTADO MAYOR DE LA  REVOLUCION.
El PC en liquidación aún estorba la marcha de la revolución proletaria. Las raíces echadas por el comunismo oficialista no se encuentran dado brotes sanos en organizaciones sindicales de clase fuertes y cohesionadas, sino todo lo contrario, sus raíces penetran con toda su savia perjudicial la organización sindical de los trabajadores, dando vida a cuanta división es posible prever, a cuanta maniobra y mangoneo es posible concebir.
La Izquierda Comunista, para ser fuerte ante el enemigo de clase, tiene que robustecerse en la lucha misma contra la burguesía y contra sus agentes, los burócratas oficialistas.
Puede la Izquierda Comunista ser en estos momentos débil ante el peso enorme de su responsabilidad histórica; débil numéricamente y débil en medios de lucha y puede ser fuerte el comunismo oficialista en número de militantes y en medios de lucha, pero lo importante, lo decisivo no es esta  relación directa sino la fuerza que adquiere el oficialismo con su cada vez mayor compenetración con la burguesía nacional e internacional, basándose precisamente  en los medios puestos en su mano por la Revolución de Octubre y que hace variar por completo la correlación de las fuerzas del comunismo oficialista y de la Oposición Comunista Internacional.
La compensación NO ESTA EN AUMENTAR UN FORMA INUSITADA EL NUMERO DE MILITANTES DE LA IZQUIERDA COMUNISTA, sino que se halla en el positivo aumento de la influencia de la Izquierda Comunista en la dirección de las masas trabajadoras.
Aquí la cantidad determina la calidad, por el solo hecho de la incorporación de la IZQUIERDA COMUNISTA al proletariado y, por tanto, parte integrante de él. La calidad la determina el proletariado y no el número de militantes aislados de las masas trabajadoras.
VI.- Una actividad concreta de valorización de la situación política, “de que sean, asimismo, acertadas nuestras consignas políticas y, por otra parte, de que DICHAS CONSIGNAS ESTEN SOSTENIDAS POR LA FUERZA COMBATIVA REAL DE LAS MASAS OBRERA”, una orientación certera al estrechamiento y robustecimiento del contacto y ligazón con las masas trabajadoras, impedirán el nazismo como permitirán el avance de la organización de los cuadros proletarios de la revolución.
La debilidad inquietante de las organizaciones del proletariado, debilidad orgánica, debilidad agravada por la cesantía y el hambre, permite el surgimiento de toda maniobra divisionista, de toda labor destructora de las organizaciones obreras.
 La existencia de varias seudo-centrales sindicales, la existencia de fuertes tendencias colaboracionistas dentro del campo sindical, la existencia de organizaciones sindicales doctrinarias y confesionales, robustece la base del Estado y de los patrones, de la burguesía explotadora, dentro del campo obrero mismo. El sindicato estatal es fuerte, no sólo por la ley que lo crea y ampara, sino, sobre todo, POR LA ENORME DIVISION SINDICAL que debilita toda acción conjunta de los trabajadores en pro de su independencia de organización y de acción.
El hecho de la existencia del sindicato rojo como anarquista da razón de existencia, y con iguales derechos, al sindicato blanco, al reformista, al estatal y patronal. El proletariado está roto por la cesantía y atomizado por el caudillismo político y sindical.
No podrían desempeñarse mejor, ni aún cuando fueran pagados por la burguesía, los burócratas del PC en su nefasta labor divisionista del proletariado. Su actividad sumada a la anarco-sindicalista, a la reformista y a las directivas del Estado y de la Iglesia, dan como resultado la marcha del fascismo, sobre los despojos de las conquistas proletarias, a la toma del poder. 
El nacismo crece por la inerte posición del proletariado; crece por la carencia de una vanguardia efectiva de la revolución proletaria y crece aprovechando las mismas contradicciones internas del régimen democrático liberal, al amparo del presidencialismo de Alessandri cuyas maniobras, tendientes a destruir el Parlamento y a toda oposición o seudo-oposición, impulsan la afluencia de descontentos con la política de partidos a las filas del nacismo.
La pesada máquina de la propaganda comunista, el ferviente dogmatismo que traba sus movimientos, el temor de incurrir en errores de doctrina o en la práctica de tácticas distintas de las usuales y ya practicadas en las luchas de la revolución mundial, impiden un acercamiento de las capas empobrecidas de la pequeña burguesía a las filas revolucionarias del proletariado. 
La Izquierda Comunista tendrá que romper la dura costra del divisionismo sindical para poder afianzar su política de captación de los sectores empobrecidos  de la pequeña burguesía. No basta la lucha directa del comunismo contra el fascismo en formación. La lucha la tiene que dar el proletariado unido en su frente de clase.
La experiencia alemana debe ser, para la lucha contra el fascismo, una fuente de enseñanza NO SOLO EN EL SENTIDO NEGATIVO, sino igualmente en lo positivo. Mucha de la experiencia nacista puede y debe  merecer nuestro estudio y atención. A pesar de la distancia, a pesar de la oposición diametral que separa el comunismo del nacismo, las tácticas (propaganda, agitación y organización) comunistas pueden enriquecerse analizando el arsenal nacista.
No consiste todo el progreso del nacismo en su audacia, en el apoyo de la burguesía ni en la eficacia de sus hordas de asalto.
Hay una gran parte de la razón de su fuerza en los métodos usados para organizar a las capas pequeño-burguesas. Desde hace mucho tiempo el comunismo se mueve en el campo de la propaganda y agitación dentro de moldes establecidos; es conveniente renovar la táctica de la agitación de acuerdo con las exigencias de la lucha cada vez más cruda y extremada.
El nacismo criollo pude llegar a las masas trabajadoras a través de su agitación nacionalista extremada que se apoya, de otra parte, de la carencia de un trabajo sistemático de incorporación de las grandes masas a la lucha por sus reivindicaciones.
El nacismo exige de parte de la Izquierda Comunista un estudio detenido de las condiciones inmediatas del país, las posibilidades de alianzas políticas momentáneas que robustezcan el trabajo de masas y faciliten la paralización de las corrientes de izquierda.
No puede la Izquierda Comunista en estos momentos de agudizada explotación, en momentos en que el Gobierno se vale de los recursos  del Estado capitalista para destrozar al proletariado en sus organizaciones ya debilitadas por la cesantía y en que el ataque a las condiciones de vida de los trabajadores es política oficial del Gobierno, como base de ajuste del presupuesto y como base del incremento de las utilidades de los capitalistas del campo, de la industria y del comercio, dejar de establecer condiciones políticas que favorezcan un cambio en la correlación de las fuerzas en lucha.
El nacismo puede transformarse, de movimiento aún desconectado de las grandes capas de la  pequeño-burguesía, en eje político de la burguesía para robustecer el frente de los explotadores, siempre que las clases trabajadoras y el proletariado, en primer lugar, no tengan en su dirección un Estado Mayor capaz de aprovechar las actuales condiciones de anarquía interna de la política oligarco-burguesa. Esta anarquía, profundizada sistemáticamente por Alessandri en su labor de concentración del poder, crea oposiciones internas en la política de la burguesía que producen desplazamientos que dan paso a las conspiraciones y ala formación de grupos y organizaciones heterogéneos, unidos exclusivamente por el interés o por el descontento. Los desplazamientos alcanzan aún a los partidos de reciente formación, como el Partido Socialista, que ve crecer en su seno una corriente de extrema izquierda que, buscando su ubicación y no atreviéndose a afrontar el problema en todo su alcance, se refugia por el momento en la labor de agrupación central de las filas mismas del socialismo militante.
El nacismo erige la construcción de su partido sobre los restos o sobre los cuadros sindicales dispersos del proletariado. Se afianza en la política anticlasista del PC y en la poca actividad de la Izquierda Comunista. Por el momento no representa sino una posibilidad de unificación de las filas anarquizadas de la burguesía, pero muy bien puede transformarse en una realidad ya palpada por la IZQUIERDA COMUNISTA con el asesinato del camarada Contreras, la grave herida del compañero Rojo y, sobre todo, con el amparo encontrado por el nacismo en el Gobierno, para asesinar impunemente a los obreros que protestan y luchan por sus reivindicaciones y por la emancipación de su clase.
El nacismo es un factor condicionado al juego de los intereses imperialistas, pero que en todo caso se desarrolla impulsado por la quiebra del régimen democrático liberal amparado por la burguesía financiera nacional, ante la expectación de la burguesía latifundista que aún duda entre dejar crecer esa amenaza a sus instituciones normales de represión de clase o aportar todo su apoyo al bonapartismo de Alessandri como una carta posible de barajar para reconstituir su dominio en el país.
VII.- Las luchas del proletariado han tenido sus altos y sus bajos; se han caracterizado por falta de dirección y conciencia de clase. Desde Abril, las huelgas parciales de los metalúrgicos, electricistas, municipales, hasta le rebelde protesta campesina de Ranquil, trazan el panorama de la debilidad orgánica de las organizaciones proletarias.
La heroica insurgencia campesina de Ranquil, que pudo ser y debió ser el comienzo de una fuerte acción solidaria del proletariado, halló a éste en condiciones, sino de indiferencia, de expectación incapaz de transformarse en apoyo y en lucha. Las causas son fáciles de determinar y cada proletario, cada obrero, puede darse cuenta cabal de que las organizaciones sindicales, que sobreviviendo a su época aglomeran a la vigésima parte del proletariado, son incapaces de conducir a LA CLASE A LA LUCHA CONTRA LA EXPLOTACION, LA MISERIA Y EL HAMBRE. Son organizaciones que, desvinculadas de los intereses de las clases trabajadoras, pertenecen en su mayor parte al círculo de los intereses de la burocracia sindical al servicio de los explotadores. De otra parte, el campesinado, por completo al margen de las luchas sindicales y de las luchas del proletariado por la conquista de sus reivindicaciones, SORPRENDIO con la rapidez de su decisión a la lentitud tradicional del gremialismo proletario.
Pero es necesario establecer la importancia enorme de Ranquil. Anudar ese hecho a un desarrollo sistemático de la organización en el campo y a una labor de conexión del proletariado con el campesinado: se precisa el panorama de las futuras luchas de las masas trabajadoras. Por primera vez se produce una sublevación campesina. No investigando si hubo o no razón para las acciones de Ranquil, sino valorando su importancia, se establece que se está frente a una situación que permite la agitación y penetración de la propaganda y de la organización entre las capas  empobrecidas de la tierra e incorporarlas a la lucha.
VIII.- A raíz de la aprobación de la Ley de Colonización en el Senado y de su aprobación por la Comisión respectiva de la Cámara, se tiende a conformar una coyuntura de posibles repercusiones en la política oficial del Gobierno.
El frente Liberal-Conservador, al presionar a Alessandri para que vete la Ley de Colonización bajo la amenaza del retiro de su apoyo, lanza al Gobierno a una nueva combinación Radical con visos de izquierdismo. Se puede prever –en lo que de previsible tiene el equilibrio en la cuerda floja- que el balancín pasará con toda seguridad a manos del sector radical, de donde  puede hacer la tentativa de organizar las fuerzas de oposición burguesa alrededor de un programa de defensa de la constitucionalidad.
De aquí nace la urgente necesidad de reagrupar al proletariado y clases trabajadoras alrededor de un programa de acción común e inmediata, que impida una mayor dispersión de las fuerzas y permita una activa defensa de las libertades ya tan relativas y escasas del régimen de la “constitución”.
El momento que principia puede envolver a sectores extensos de la pequeña burguesía y del proletariado, llevándolos nuevamente a las filas del radicalismo. Impedir que repercutan las maniobras gobiernistas dentro de los sectores pequeño-burgueses de la ciudad y del campo, puede ser el objetivo inmediato nuestro. La forma y los métodos a emplear para ello, la realidad misma se encarga de dictarlos. La unidad de acción del Partido Socialista y de la Izquierda Comunista en el terreno político como en el sindical, asegurará el reagrupamiento de las fuerzas y condiciona el establecimiento de nuevas posiciones de lucha.
La labor de FRENTE UNICO tiene que llevarse partiendo del entendimiento previo de estas dos organizaciones.
Brota de la realidad política, con los caracteres más precisos, la necesidad de dar la batalla sistemáticamente por el reagrupamiento político orgánico del proletariado revolucionario, o sea, por la creación del NUEVO PARTIDO. No es posible que éste salga de la simple fusión de dos o más organizaciones, nada valdría; el nuevo PARTIDO, conteniendo la directiva necesaria al proletariado en la hora actual nacional e internacional, TIENE QUE SURGIR ESTRECHAMENTE LIGADO A LA CLASE por la experiencia diaria del proletariado y clases trabajadoras. El nuevo Partido está en estrecha conexión con la realización del FRENTE UNICO. El fracaso del F.A.F. indica que no basta el simple acuerdo de directivas desligadas de las masas. Este es tan funesto como el frente sólo por abajo. La necesidad de organizar el FRENTE UNICO de organización a organización, conserva hoy más que nunca su importancia vital.
De la lucha por el Frente Único, conteniendo vitalmente la realización del reagrupamiento revolucionario en el nuevo Partido, depende, con todo, el éxito de las luchas presentes y futuras del proletariado y clases trabajadoras.

Relator: Jorge Levin



TESIS SOBRE LA GUERRA DEL CHACO

1. En el terreno de la aplicación de nuestra teoría y tesis general sobre la guerra, tiene primordial e inmediata importancia su concreción en la guerra del Chaco: tan próxima y tan directamente ligada con Chile y la Argentina. La guerra del Chaco es, por esencia, la aventura de clases feudal-burguesas dominantes de dos semi-colonias en quiebra (Bolivia y Paraguay), que lleva en su seno, más o menos ocultos, más o menos aparentes, móviles imperialistas nítidos. La crisis mundial la caída de precios (desde 1929), prepara las acusas internas del conflicto, atacando la estabilidad de las clases sociales y restando recursos de administración a las facciones políticas gobernantes. Pretensiones imperialitas hacen, por su parte, posible y ampliamente, extenso el conflicto, dando el último empujón a la guerra. Chile y Argentina están particularmente complicados en ésta situación.

2. En Bolivia y Paraguay las condiciones económicas se plantean así a la víspera de la guerra. El estaño constituye el 78 por ciento de la exportación total de Bolivia y más del 50 por ciento de sus ingresos presupuestarios, pero he aquí que su cotización se disminuya en  dos terceras partes y que el presupuesto se ve reducido en la misma proporción. En cuanto al Paraguay, vive en un 63 por ciento de la exportación de quebracho, mate  y carnes; pero la demanda de quebracho (tanino) desciende en un 70 por ciento y su cotización baja de 23 a 10 libras esterlinas. La situación interna general se hace en los dos países catastrófica. La seguridad de los gobiernos se torna imposible con los medios normales de dominación. Y se suman aún, en el problema económico, las concesiones de petróleo en el Chaco a la Standard Oil, por parte de Bolivia, (sin salida a su exportación por el río Paraguay o a la Argentina) y la de la Royal Duch Shell (inglesa), por parte del Paraguay.

3. Argentina posee en su territorio yacimientos de petróleo en explotación y tiene la imperiosa necesidad de protegerlos impidiendo esa naciente industria en Bolivia; Argentina se negó por esta razón al paso por su territorio (el año 1926) de un oleoducto de la Standard Oil. Argentina tiene comprometidos cuantiosos capitales industriales (Sastre, Casado, etc.), en el Paraguay y Bancos argentinos han invertido empréstitos en la gestión misma de la guerra. Consecuentemente se han reclutado mercenarios para la guerra en territorio argentino, se han trasladado cesantes desesperados a luchar en las trincheras paraguayas: las presentaciones diplomáticas de la Cancillerías argentinas se inclinan por el Paraguay y el Gobierno está a la expectativa.

4. Chile tiene una intervención creciente en la minería boliviana: numerosas compañías afectadas tratan de tonificarse a la sombra de capitales chilenos (Oploca, Ocuri, Morococala y aun Patiño), a cambio de franquicias a la penetración del comercio chileno en Bolivia. Ya en 1927 el 20 por ciento de los capitales extranjeros invertidos en las minas de Bolivia, pertenecían a industriales chilenos. Bolivia ha sido el mejor comprador comercial de Chile en Sudamérica. Entre éstas premisas fundamentales de carácter económico, se desgranan, por sí solos, los compromisos contraídos por Chile durante el conflicto del Chaco en favor de Bolivia; contratación de cesantes para a guerra, de obreros para las minas bolivianas, de oficiales para el Ejército y finalmente, las fricciones diplomáticas con el Paraguay que, por encima de las apariencias, permanecen y permanecerán insolubles.

5. Queda, pues, fijada, en forma indiscutible y clara, la verdadera envergadura y extensión del conflicto feudal-burgués-imperialista de la guerra del Chaco. Las líneas de trincheras se extienden hasta Chile y la Argentina. Chile y Argentina están tanto más comprometidos cuanto más se prolongue y se profundice la matanza. Chile y Argentina serán requeridos a su turno por el imperialismo, a prestar un mayor concurso de sangre para resolver sus objetivos que se hacen problemáticos. Paraguay y Bolivia está agotados, pero siguen peleando: se necesita carne fresca, en mayores proporciones para darle a la disputa su corte definitivo. Nunca el peligro de intervención de estos países ha sido tan inminente como ahora! El agotamiento de los beligerantes, las acciones de armas escasas y flojas, lejos de hacernos concebir ilusiones pacifistas deben hacer redoblar nuestra campaña. La acción enérgica del proletariado chileno y argentino en auxilio de sus compañeros del Paraguay y Bolivia, podría detener en seco la carnicería.

6. ¿Pero cómo luchar contra la guerra del Chaco? Ya hemos dicho y probado, cien veces,, en el análisis marxista de la significación de la guerra para el proletariado, que contra la guerra sólo existe un recurso: amagar a la burguesía y prepararse para poder responder a su maniobra internacional, con la revolución proletaria.

La lucha contra la guerra no se plantea en una lluvia de papel impreso, ni desde los centros “social-pacifistas”: se formula desde la vanguardia política del proletariado (la Izquierda Comunista) y se realiza en las conquistas escalonadas de la clase obrera contra su eterno e irreductible enemigo, el capitalismo. En la medida que el régimen está amenazado por nuestra acción vigorosa tendremos mejores perspectivas; cuando triunfemos la guerra será borrada para siempre de la historia! En el caso particular de la guerra del Chaco, la presión de la clase obrera chilena y argentina sobre sus burguesía, debilitará los frentes de batalla. La lucha en Chile y Argentina, no es abstracta, es más concreta que nunca: el proletariado tiene que elegir entre la hecatombe en servicios de sus amos o la pelea por sus propias reivindicaciones, por el frente único, por la defensa de sus posiciones y su paso a la ofensiva. Cada golpe propiciado a la burguesía de Argentina y Chile por la clase obrera, se traducirá notan sólo en golpe a la guerra del Chaco, sino también en apoyo de los trabajadores de Bolivia y Paraguay:  que deben revertirlos términos de la lucha actual en GUERRA CONTRA SUS BURGUESIAS.

7. Se trata de colocar el problema sólidamente en su única ubicación posible: la lucha de clases se amplía en los respectivos países amenazados. Se trata, en segundo lugar, de la preparación fraternal, internacional, de nuestras acciones, con l conocimiento de los problemas comunes. Se trata, en tercer lugar, de coordinar (Chile, Argentina, Paraguay y Bolivia) la agitación y propaganda revolucionaria en el frente de batalla, entre los prisioneros y pueblos en lucha, en nuestros países. Hacia el frente de hierro de los obreros de los cuatro países comprometidos! Hacia la más vasta planificación de la lucha!

Relator: M. Fernández
(Por la “Izquierda Boliviana”)



EL CAMINO DE LA IV INTERNACIONAL

I.- El aplastamiento del proletariado germano después del triunfo del fascismo en Alemania en 1933, ha culminad e los comienzos de este año con la victoria de Dollfuss sobre las organizaciones obreras en Austria. Si allí la derrota resultó de no dar la batalla, aquí concluyó después de una resistencia heroica. Si aquélla significó la más grande derrota de la I. Comunista y su bancarrota como Vanguardia Revolucionaria en una de sus posiciones de izquierdismo extremo, ésta significó la experiencia más desastrosa del Reformismo como dirección de la clase obrera, demostró su incapacidad manifiesta para pasar más allá de la “resistencia”, y aun para su resistencia misma.
De la derrota de la social-democracia austriaca ha derivado el abandono formal del Reformismo por la mayor parte de los partidos de la II Internacional, que cada día abandonan más en todos los países el lenguaje de la democracia y de la evolución por la propaganda verbal revolucionaria, incrementando heterogéneamente el Centrismo como corriente cada día más difundida en el movimiento obrero.
Pero si la experiencia austriaca nos ha demostrado  la necesidad imperiosa de combatir implacablemente el Reformismo con la más perniciosa dirección de la clase obrera, su nuevo ropaje plantea a la tarea de la formación de la nueva Internacional el análisis más serio y permanente de todas las expresiones de las tendencias que oscilan, en distintas formas y diversos grados, entre la II Internacional y el marxismo revolucionario.
El triunfo de Dollfuss y la Heimwehr consolida todo un frente de la reacción en los países más importantes de la Europa Central, desde el Báltico al Mediterráneo, desapareciendo con ello uno de los frenos de la próxima guerra entre los imperialismos.
II.- Las perspectivas del proletariado, perdidas en Alemania y Austria, por una cierta etapa histórica, caen hoy sobre los países del occidente de Europa.
El proceso de transformación del régimen habitual  de dominación del capitalismo, la democracia burguesa, por el fascismo, , corre hoy, especialmente en Francia y España, una de sus etapas decisivas. Si la reacción triunfa también en occidente sobre las masas proletarias, habrá consolidado  en el mundo entero su esclavismo por un período importante y la guerra y la invasión sobre la U.R.S.S. serán ya inminentes. La lucha entre el proletariado y el fascismo, especialmente en Francia, se transforma por tanto hoy día en el eje de la Revolución Mundial.
El Ministerio Doumergue, llegado al poder después del golpe de mano organizado por los fascistas, bonapartistas y realistas el 6 de Febrero, ha señalado ya el prior triunfo de la reacción sobre la democracia, y él tienen el carácter de un Gobierno pre-bonapartista, esencialmente transitorio para la burguesía, cuyo bonapartismo trata de profundizar a toda costa.
Pero éste proceso sólo se realizará en la medida misma en que el proletariado pierda sus posiciones, estando hoy éstas condicionadas por la unidad de la clase y por la justa estrategia en que ésta sea dirigida. La manifestación del 9 de Febrero, como la huelga general del 12 fueron ya un exponente de la espléndida voluntad de lucha del proletariado francés. La consigna del Frente Único, expresión de la experiencia ganada en Alemania y Austria, agitada con tenacidad por la Liga Comunista, ha logrado hacerse carne en las masas, cuya presión ha dado por resultado su aceptación por las directivas Socialista y Comunistas.
La presión de éstas, el pánico de disgregación del propio Partido producido por la actitud del Barrio Saint Dénis y la indudable presión diplomática para salvar el pacto franco-soviético amenazado por un triunfo fascista en Francia, ha dado por resultado el viraje en redondo de la Internacional Comunista, desde la teoría del “social-fascismo”, hasta el frente con la dirección social-demócrata y su proposición a ésta de llegar hasta la “unidad orgánica”.
La fusión organizativa de los dos Partidos no puede hoy hacerse sino en beneficio de la social-democracia y esto no puede hoy sino significar un enorme paso atrás en el camino revolucionario. Si la separación de la social-democracia fue ya evidente para los bolcheviques en 1917, sí fue una necesidad en 1921, su vuelta a ella en 1934 por el Partido Comunista Francés, no puede sino mostrarnos hasta dónde el stalinismo puede llevar en su liquidación a la Internacional Comunista.
Por otra parte, el frente entre el Partido Socialista y el Partid Comunista ha significado positivamente un enorme paso adelante, que se ha podido medir por el entusiasmo en que ha inflamado a las masas. Sin embargo, , la enorme velocidad con la que se realizan los acontecimientos, la batalla se da aun a la defensiva; no se han hecho aun positivas conquistas en el terreno de las reivindicaciones democráticas, en el cual la defensiva se superará en la ofensiva, en la Revolución Proletaria.
La labor actual de la Liga Comunista será alcanzar que el frente, hoy limitado a un acuerdo entre las directivas socialista y comunista, y que no tiene aún mayores objetivos que los mítines en común, se haga extensivo a todas las organizaciones proletarias (conquistando con ello su acceso a las masas), alcance objetivos concretos de lucha, se constituyan los órganos de base del Frente Único en las Alianzas Obreras, transformándose éstas de órganos de lucha hasta órganos del poder. En caso de realizarse la fusión de los dos Partidos, será preciso evitar a toda costa que las masas tomen esto como la realización del verdadero Frente Único; será necesario contraponer constantemente a ello la consigna de las Alianzas Obreras, de los Soviets. A través de las acciones de masas en un período de intensidad revolucionaria creciente, la Liga Comunista abrirá el camino a la nueva Internacional, en la crítica cotidiana de las burocracias centristas que hoy tienen la dirección de los trabajadores franceses.
En cuanto hemos declarado después de la derrota alemana la bancarrota de la Internacional Comunista como vanguardia  revolucionaria, su desaparición como partido independiente en Francia, no puede sino facilitar  el camino de la Nueva Internacional.
III.- La batalla entre los elementos más reaccionarios de España y la clase trabajadora, se da en un ambiente de las más alta intensidad. Los problemas de la revolución democrática-burguesa, apenas tocados por la República, son la contradicción más poderosa que mueve y hace chocar los intereses de las clases trabajadoras y  las poseyentes; y en cuanto el fascismo entraña la más rotunda negativa a su solución , la lucha no puede sino plantearse violentamente entre éste y aquéllas.
El problema de la tierra, con su enorme peso sobre las masas campesinas, es el punto de partida de movimientos que surgen en todas las provincias de la Península y constituye sin duda una de las reservas más poderosas de la Revolución. Junto con el problema de las nacionalidades, trascendentalmente importante para Cataluña, constituyen las materias inflamables que han hecho vacilar ya en repetidas  ocasiones al Gobierno radical.
Por primera vez, el proletariado español, cortando los lazos con su burguesía, se ha mostrado solidario del proletariado y del campesinado de Cataluña, en el conflicto último con el Gobierno Central motivado en la promulgación de la ley de cultivos.
Por su parte la Acción Popular, en su exigencia de substitución del vacilante Gobierno de Samper, muestra le necesidad inmediata de la burguesía de liquidar los últimos vestigios de la Revolución Democrática.
Como en todas partes, sólo la unidad de la clase obrera y su movilización oportuna podrá impedirlo. La incorporación de la C.N.T. a las Alianzas Obreras y la constitución de éstas en toda España, con una dirección y un plan de acción nacionales, son en el actual momento la premisas más ciertas del triunfo. La batalla por la disolución del actual Parlamento reaccionario, será un paso táctico de importancia.
El movimiento defensivo contra el fascismo en la Europa Occidental, requiere hoy establecer una estrecha coordinación en todas las acciones del proletariado de España y Francia con el de los demás países occidentales; un Congreso de las Alianzas Obreras de todos estos países, sería un camino.
IV.- Frente a Francia, celosa defensora de las ventajas ganadas en la guerra, el capitalismo alemán, preso de contradicciones enormemente agudizadas por la derrota, es sin duda el más encarnizado enemigo de la situación creada por el Tratado de Versalles. El fascismo en el poder, cuya existencia misma depende de la preparación de próximas guerras, fijó en la anexión de Austria uno de los primeros pasos de su programa. La campaña nacista culminada en el putch último y el asesinato de Dollfuss, ha significado la primera derrota de Hitler de proporciones internacionales considerables. Ella ha traído por consecuencia el rompimiento con Italia que, por sobre las similitudes de los regímenes, ha custodiado frente a Alemania sus intereses en Austria y países danubianos. De este modo pierde Alemania su aliado más poderoso para su intento de revisión del Tratado de Versalles, el que nuevamente enmarcará la Europa con la presencia del más poderoso ejército aliado; y s mantención significará seguir manteniendo las enormes contradicciones de los Estados europeos, especialmente de los pequeños países danubianos y balcánicos.
V.- Después del retiro del Japón y Alemania, la Sociedad de las Naciones aparece más desnudamente que nunca como el aparato con que Francia mantiene la situación creada por ella a través de la guerra. Su pacifismo no puede significar más que el deseo del vencedor de mantener las conquistas alcanzadas por la rapiña.
El ingreso de la U.R.S.S. a ella no es sino el resultado de la serie de derrotas del proletariado mundial bajo la dirección de la Internacional Comunista, que ante la amenaza insolente del fascismo alemán de un lado y el imperialismo japonés del otro, busca ahora refugio, no ya en las fuerzas del proletariado mundial, sino en los compromisos con la diplomacia francesa y sus satélites, empeñándose con ella en la mantención del statu quo de Versalles, con su compromiso consiguiente en los conflictos bélicos que de él deben derivarse.
La política pacifista que ha desarrollado la U.R.S.S. en los últimos años y que hoy lleva a la Sociedad de las Naciones está al margen de toda la política, no sólo revolucionaria, sino ni siquiera objetiva. El desarme general a que invita sabemos que no podrá significar sino un episodio mientras se efectúe el nuevo rearme, y en todo caso dependerá del nivel industrial de cada país para crearse sus nuevas armas con la mayor rapidez.
Pero si el peligro entre un choque próximo entre Alemania y Francia alrededor de la situación creada por Versalles se ha alejado en parte al romperse el equilibrio con el acuerdo franco-italiano, permanece hoy la  contradicción interimperialista más fuerte entre Europa y América.
A la gigantesca preponderancia económica e industrial de América sobre Europa se añade, dentro de la crisis orgánica capitalista, la necesidad para el imperialismo norteamericano, de mantener el  actual reparto de los mercados que le es favorable en su mayor parte. El rompimiento del equilibrio armado halla su mejor expresión en el desplazamiento progresivo del capital y de los productos europeos del mercado asiático y latinoamericano. Francia, que como el primer país vencedor de la guerra europea ha concentrado en las arcas de sus bancos la mayor reserva de oro del imperialismo europeo, experimente ante la competencia sin cuartel  del imperialismo americano los efectos inmediatos de falta de mercado, provocando la parálisis acelerada de los sectores vitales de la industria y desarrollando el paro forzoso que pasa hoy día de dos millones de cesantes.
Inglaterra, por una parte, frente al desmembramiento de su Imperio Colonial, y Japón de otra, en su violenta acometida a los mercados de Oriente y sus aspiraciones imperialistas en la China xxxxxx Norte y a la Manchuria xxxxxxxxxx Soviética establece un frontal choque de intereses interimperialistas irreconciliables xxxxxx podrá sino hacer estalxxxxxx más destructiva de las catástrofes.
Si ante ella la xxxxxxaposición del régimen capitalista y el régimen socialista xxxxxxx U.R.S.S. es desde el punto de vista de los sistemas incomparablemente más profundo, el desarrollo del burocratismo soviético y las derrotas de la Internacional Comunista hacen cada vez más considerar a la U.R.S.S. desde el punto que puede jugar en un conflicto entre los imperialismos.
La teoría del socialismo en un solo país, en todas sus desastrosas consecuencias desarrolladas en la política exterior de la U.R.S.S. y en la Internacional Comunista como apéndice de ésta, en cuanto se contrapone esencialmente al Internacionalismo del Proletariado, descarta de antemano a los Partidos Comunistas como guías capaces de apartar a las masas de sus burguesías en la defensa de sus estados nacionales, esto es, de la guerra interimperialista.
Una política clara de la nueva vanguardia frente al problema de la guerra, es hoy la condición más premiosa para salvar al proletariado de la catástrofe. Será a ella tan necesario combatir el nacionalismo de la social-democracia como prevenir a la defensa nacional por encima de las clases a que conducirá la burocracia staliniana en los países aliados de la U.R.S.S.
Si la defensa de la Unión Soviética, que deberemos considerar como una plaza de armas del proletariado, es la exigencia ineludible para las organizaciones obreras de todo el mundo, en todos los demás países provocará la derrota de sus burguesías como el  medio de levantar la Dictadura del Proletariado, será, incluso en los aliados de la U.R.S.S. la mejor defensa a la vez del primer estado soviético.
Si ante la guerra próxima la social-democracia no actuará como servil instrumento puesto a su servicio y a la Internacional Comunista la veremos capitular enredada en las marañas diplomáticas frecuentes de la teoría del socialismo en un solo país, la existencia del Partido Revolucionario del Proletariado Internacional será la condición indispensable para la transformación de la guerra interimperialista en el medio en que triunfe la revolución internacional. Cuanto más avanzado esté el trabajo de la constitución de los nuevos cuadros, cuanto mejor resistan éstos los embates del primer período, cuanto mejor coordinen el movimiento entre los proletarios de todos los países, antes se transformará la guerra interimperialista en Revolución Proletaria.
VI.- Si la serie ininterrumpida de derrotas de la Internacional Comunista culminó en Alemania y más ampliamente frente al fascismo y a las perspectivas de la guerra ha culminado también de su desastrosa experiencia en las luchas de los países semi-coloniales de América con su capitulación vergonzosa frente al imperialismo norteamericano  en Cuba.
El imperialismo constituye para los pueblos semi-coloniales de América uno de los problemas fundamentales de su Revolución y si es la Revolución Proletaria la que deberá realizar las aspiraciones demo-liberales de las clases oprimidas de estos pueblos, el Partido del Proletariado no puede sino hacer de la lucha contra el imperialismo uno de los puntos centrales de su agitación. Pasar por motivos tácticos a segundo plan la lucha anti-imperialista y más aún, comprometerse a no tocar los monopolios y propiedades de los imperialistas es capitular ante la clase enemiga y negarse a los objetivos primordiales de la Revolución.
Ello es de tanto mayor gravedad cuanto que la Internacional Comunista plantea precisamente en estos países, “la revolución agraria y anti-imperialista”, esta es la lucha de todas las clases explotadas hasta las conquistas democrático-burguesas. Esta claudicación definitiva no deberá sino abrir el camino a la acción de las secciones de la Nueva Internacional Comunista.
Sólo ellas podrán conducir a todos los pueblos de América a su liberación de la opresión imperialista y a todas las clases explotadas de estos pueblos a la conquista de la tierra y demás aspiraciones democráticas, a través de la dirección del proletariado como única clase capaz de dirigir la revolución y de destruir con la propiedad capitalista la base de toda explotación.

Enero a Septiembre de 1934.

Relator: Santos Zambrano



La Izquierda Comunista ante el problema de la tierra  TESIS AGRARIA.     (Relator: Jorge Levin)


   Septiembre de 1934.

  1.- Las condiciones especiales de la lucha revolucionaria del proletariado en estos países de economía agraria industrial, exigen un programa claro sobre el campo y sus relaciones con el proletariado de las ciudades.
  Aquí, como en todas partes, solo el proletariado puede dirigir y ejecutar la revolución social; pero aquí, en los países semi coloniales, la preponderancia del campesinado (preponderancia numérica) sobre el proletariado industrial, establece condiciones tácticas diversas para la conquista de las masas trabajadoras del campo y de su apoyo y aporte a la revolución proletaria. Las tácticas a estudiar están condicionadas aquí en Chile por la existencia de un campesinado sin historia revolucionaria, hasta podría asegurarse sin vida política de ninguna especie; sin experiencia en la lucha y tradicionalmente al servicio del latifundio y la oligarquía agraria. El rompimiento de esta costra, que impide por el momento a los trabajadores del campo su incorporación a la lucha diaria por la conquista de sus reivindicaciones inmediatas, es obra exclusiva del proletariado industrial. Este halla su apoyo principal en el obrero del campo (jornalero, temporero afuerino, mecánicos, obreros de lecherías, viñas, etc.) a cuya organización independiente debe tender con todas sus fuerzas.
  2.- La masa campesina explotada "que el proletariado de las ciudades debe conducir al combate o, por lo menos, ganar a su causa", esta integrada (aquí en Chile) por "el proletariado agrícola", compuesto de asalariados o criados de hacienda, contratados por año, temporada o por jornada y que ganan su vida con su trabajo asalariado en diversas empresas capitalistas de economía rural o industrial, entre los que forman los jornaleros (o temporeros o afuerinos), corrientemente contratados por la temporada de siega, cosecha, vendimia, etc.
  Los medieros que trabajan parcelas de tierras en medias con el hacendado, latifundista o propietario de la tierra. Esta variedad de explotación se halla muy generalizada entre la propiedad media, dentro de la cual ocupa un 44,51% del total de los cultivos. El mediero es el complemento del inquilinaje y su explotación abarca a ellos y sus familias, obteniendo apenas para su alimentación. Sobre todo, que este trabajo se efectúa en tierras no trabajadas y cuyo costo de explotación es muy subido.
  Los pequeños propietarios, los pequeños arrendatarios que poseen o lleven en arriendo pequeñas parcelas de tierras y pueden satisfacer las necesidades de sus familias sin emplear obreros asalariados.
  Los inquilinos que, viviendo por generaciones en los fundos, haciendas, son prácticamente vendidos con ellas (posesiones de inquilinos o dotación humana del fundo o hacienda). Esta capa de trabajadores de la tierra es la mas explotada. Es un resto vivo de la servidumbre, encadenadas al patrón por las deudas de la pulpería o por los prestamos de semillas, por la media o cuadra que se les suministra (y cuya producción en caso de tenerla, pues deben trabajar en horas extraordinarias y días festivos, deben entregarla al patrón en
pago de deudas o adelantos de invierno).
           Esta capa de trabajadores no conoce el descanso y se ven obligados a entregar a la explotación a sus mujeres y niños. En sus líneas generales, esta es la gran masa de campesinos explotados, el equivalente chileno al "campesino pobre", a la que el proletariado tiene que incorporar a la revolución.
  3.- Por la misma existencia de relaciones feudales en el campo, coexistiendo con relaciones capitalistas de producción, el campesinado medio no representa el carácter de una capa estable. La propiedad media, sujeta desde luego a una valorización distinta, variable según las zonas, no determina la existencia de una categoría estable, uniforme, de campesinos medios. Esta propiedad ubicable, en la generalidad de los casos, en las cercanías de los centros poblados y con cultivos especializados en la chacra, es trabajada a base de arrendatarios. Esta categoría, que goza de un relativo bienestar, vive apretada por la hipoteca, por el vencimiento, etc. y que incrementa el capital de explotación con el trabajo de obreros asalariados. NO presenta al proletariado ninguna posibilidad de apoyo ni de solidaridad.
  La conquista política de esta capa de propietarios o arrendatarios rurales exige de parte del proletariado, especialmente de su vanguardia, una política clara de lucha por sus reivindicaciones y que pueden ser: "Supresión del sistema de arrendamiento; de las deudas hipotecarias; introducción de maquinaria agrícola y empleo de la electricidad; facilidades de crédito y cancelación de todos los gravámenes existentes; organización del abastecimiento de animales, y aun ampliación de sus propiedades".
  En estos países es precisamente donde se puede apreciar mejor la importancia de la tesis de Lenin sobre la NO abolición total del derecho de propiedad en el campo, en el primer periodo de la revolución. Lenin decía textualmente: "...el poder proletario no deberá abolir por completo, en el campo, el derecho de propiedad privada, pero si deberá libertar a esta clase de todas las obligaciones e imposiciones a que la tienen sujeta los grandes propietarios de la tierra. El poder soviético asegurara a los campesinos pobres y medios la posesión de sus tierras, y aún procurará aumentar su superficie, poniendo a estos campesinos en posesión de las tierras llevadas en arriendo (abolición del contrato de arriendo).
  "Todas estas medidas, acompañadas de una lucha sin piedad contra la burguesía, asegurarán el éxito completo de la política de neutralización. El poder proletario deberá emplear el mayor tacto para pasar a un sistema de agricultura colectivista, progresivamente, y sin la menor medida de coerción con respecto al campesinado medio".
  La neutralización del campesinado medio conserva ahora su importancia. En su enorme mayoría el campesino medio es arrendatario y es a su vez explotado por los grandes propietarios de la tierra y del capital. Su incorporación a la revolución no puede ser sino fruto de una política de conquista persuasiva, por experiencia. Su neutralización política es la base de su apoyo económico y de su negativa a solidarizarse con los enemigos de la revolución proletaria. Pero su neutralización política no se obtiene sino por ciertas garantías económicas que el proletariado en el poder pueda darle para asegurar el desarrollo de la revolución y que redundará en uno de sus aspectos inmediatos, en asegurar el aprovisionamiento de las ciudades, del proletariado y de las masas pequeño burguesas.
  4.- Los "campesinos ricos y acomodados son los patrones capitalistas de la agricultura; cultivan sus tierras con el concurso de obreros asalariados y no tienen nada que les una con la clase campesina".
  Esta capa esta representada en Chile por el capitalista campesino propiamente dicho. El arrendatario capitalista que toma uno, dos o mas fundos o haciendas en explotación, montando un personal de administradores, contadores, técnicos en lechería, viticultura, ganadería, etc. Hace uso de la maquinaria perfeccionada y por lo general termina como propietario de las mismas tierras que arrienda. Esta capa de explotadores, ligada estrechamente a la Banca, es la que controla la economía agraria.
  La oligarquía latifundista, cada vez mas reducida en extensión y en importancia (hallase principalmente en la zona de Coquimbo y en la región centro sur) no pasa de ser hoy día un factor político con escasa base en la economía. Esta categoría de explotadores es absorbida cada vez mas por la Iglesia, la que se ha convertido en la sucesora natural del latifundio oligarca.
  Con estas capas de explotadores, la revolución proletaria NO PUEDE desarrollar una política de tolerancia ni de neutralización. La expropiación de sus grandes propiedades SIN INDEMNIZACION tiene que ser obra inmediata de la revolución. El traspaso de estas propiedades al Estado propietario como base de las explotaciones colectivas, nacionalizadas, asegurara el aprovisionamiento de las ciudades. Actualmente las grandes propiedades cosechan cerca del 85% de los cereales. El sabotaje y, aún más, la guerra cerrada contra la revolución hallará su base cierta y efectiva en esta clase del campo. La liquidación de sus posiciones de explotadores y dueños de la tierra, además de ser una conquista fundamental de la revolución, es una medida estratégica de carácter militar. Por otra parte, la expropiación de las grandes propiedades agrícolas afectara especialmente a la Iglesia que es el primer gran propietario de la tierra.
  En sus líneas generales, el traspaso de la tierra a las Municipalidades o Juntas locales o comunales, constituidas por representaciones directas de obreros y campesinos (soviets en formación), constituirá el procedimiento mas efectivo en la entrega y posesión de la tierra.
  5.- El proletariado, para asegurar la victoria y, sobre todo, el desarrollo victorioso de su revolución, tiene que aplicar medidas que resuelvan inmediatamente el problema de la solidaridad de las masas explotadas del campo. La entrega de la tierra al que la trabaja opone inmediatamente al campesino pobre (inquilino), el pequeño propietario y pequeño arrendatario, mediero y colono, al gran propietario de la tierra. Las garantías dadas al campesino medio lo neutralizan y lo capacitan para que se vaya amoldando a la nueva sociedad.
  La posesión de la tierra es de cierto que no implica propiedad de ella, sino usufructo, explotación en beneficio de la colectividad, pero se parte del hecho de que el primer beneficiado sea el propio campesino pobre, el pequeño propietario o pequeño arrendatario, colono y mediero.
   La movilización de las grandes masas explotadas del campo no puede ser exclusivamente obra de la revolución misma; requiere un trabajo preparatorio, al que se debe abocar el proletariado desde ahora sin tregua ni reposo.
  La consigna central de la agitación campesina, "la tierra para el que la trabaja", no contiene el peligro de desarrollo de una nueva burguesía (enmiendas J.Bou a las Tesis Agrarias de la Izquierda Comunista Española). Es cierto que siempre habrá peligro de capitalismo mientras subsista la pequeña propiedad. Pero esta realidad no se elimina silenciándola sino afrontándola en toda su extensión e importancia. La superación de la pequeña propiedad no es una medida aplicable por decreto; es el eje de la política de colectivización del campo y su desarrollo es lento en sus comienzos.
  Precisamente se parte de una realidad democrática burguesa bajo una perspectiva comunista. Lo reaccionario en este caso es fundamentar la táctica sobre un plano ilusorio, abstracto, como es el de suponer que el campesino esta ya en vías de comprender las ventajas de la producción colectiva. Esto no es exacto en Chile ni en los demás países de América Latina, y creemos que tampoco en España.
  La consigna fundamental de la agitación campesina, "la tierra para el que la trabaja", conserva todo su empuje revolucionario. El hambre de tierra es una realidad inmediata que, con el asentimiento o sin el asentimiento del proletariado, se tendrá que satisfacer. La diferencia estriba en que si es el proletariado el que entrega la tierra y organiza su reparto, el apoyo de las masas campesinas a la revolución se afianzara en un HECHO CONCRETO y las colocara en definitiva al lado de la revolución.
  El nudo de la revolución proletaria esta en resolver audazmente, desde el comienzo, sin titubeos de ninguna especie, la revolución democrático burguesa. El campesino entra a la revolución a través de la ENTREGA DE LA TIERRA AL QUE LA TRABAJA. Contemplada esta medida dentro de una realidad socialista, es claro que salta a la vista su conservadurismo. Pero esto es ya confundir la táctica con la estrategia, el fin con los medios.
  La descomposición de las relaciones feudales en la agricultura dentro del capitalismo se efectúa por la penetración de la técnica y de las relaciones capitalistas de producción, con el resultado de una gran proletarización de los campesinos pobres y medios y de los pequeños propietarios. Esta realidad no condiciona en manera alguna la implantación inmediata de las relaciones socialistas de producción. Lo que si obliga es a satisfacer las reivindicaciones inmediatas del campesinado, que se derivan de esta realidad capitalista. Estas reivindicaciones parten de la fundamental, la tierra, de su posesión y explotación en pequeñas y medias propiedades. Por otra parte, la tendencia general a proletarizarse de los campesinos pobres, o sea, a confundirse con el asalariado agrícola (abandono del inquilinaje) NO EXCLUYE EL HECHO DE QUE EL CAMPESINO POBRE TRATE de evitar su transformación en proletario y quedar al margen de la parcela de tierra.
  "La tierra para el que la trabaja", tomada como consigna aislada, ubicada únicamente en el espacio, fuera del tiempo (de la historia), es claro que no pasa de ser una reivindicación democrática; pero como realidad histórica, ES UN ESLABON DE LA REVOLUCION PROLETARIA, o mejor, de la cadena de hechos que organiza la revolución. Y todos sabemos que la cadena NO ES mas fuerte que su eslabón mas débil.
  El camino de la socialización es tan concreto que se tiene que trazar contando con las relaciones de producción existentes en el campo y que, en ultimo termino, no son sino el pan y la harina de la revolución; la alimentación de los centro fabriles.
  Si se partiera de la NO EXISTENCIA de una vanguardia revolucionaria del proletariado, es claro que la revolución quedaría enredada en las reivindicaciones inmediatas, pero el problema no lo concebimos en esa forma. La experiencia histórica internacional nos enseña que la toma del poder, la dictadura del proletariado, no puede implantarse y menos desenvolverse SIN LA EXISTENCIA material de la vanguardia de clase.
  El empleo táctico estará siempre subordinado al fin estratégico, al desarrollo de la revolución, al comunismo.
  6.- La IZQUIERDA COMUNISTA, al plantear el problema agrario en Chile, plantea las siguientes conclusiones para su realización inmediata:
  A.- Organización de las Asociaciones de campesinos pequeños propietarios, pequeños arrendatarios, colonos y medieros.
  B.- Organización de los comités campesinos en los fundos, haciendas, etc.
  C.- Establecimiento de relaciones de las organizaciones de clase del proletariado industrial con el campesinado, a base de la agitación y solidaridad con la lucha por la conquista de las reivindicaciones inmediatas del campo y que son:
    Jornada de seis horas para todas las faenas y para todo el país.
    Salario mínimo de DIEZ pesos y pago doble en los trabajos de noche, como riegos, arreo de ganado, etc. Pago en dinero efectivo.
    Suspensión de las pulperías y libertad de comercio para los vendedores ambulantes dentro de las haciendas y fundos.
    Vacaciones de 15 días al año con salario integro.
    Libertad de organización, reunión, movilización y huelga. Libre circulación de la prensa obrera.
    Prohibición del trabajo de los niños.
    Igualdad de salarios para ambos sexos.
    Instrucción obligatoria, por cuenta y en escuelas del Estado.
    PARA LOS PEQUEÑOS PROPIETARIOS, PEQUEÑOS ARRENDATARIOS, MEDIEROS Y COLONOS.
    Suspensión del trabajo a medias o aparcería.
    Prohibición inmediata de los lanzamientos de colonos, arrendatarios y pequeños propietarios por deudas y cánones insolutos.
    Crédito preferente y barato por la Caja de Crédito Agrario para todos los pequeños agricultores.
    Organización de estaciones de maquinarias por la Caja de Crédito Agrario por regiones y localidades, para arrendarlas a los pequeños agricultores.
    Formación de cooperativas de venta, consumo y producción bajo el control inmediato y total de los interesados.
    Control de las tierras, de su entrega, ubicación y tramitación, legal por las Asociaciones de Colonos y pequeños arrendatarios y pequeños propietarios.
    REBAJA INMEDIATA DE LOS ARRIENDOS, INTERESES Y CUOTAS DE AMORTIZACION para todos los pequeños y medios campesinos.
    Uso gratuito del agua de riego.
   Estas condiciones generales deben ser modificadas y complementadas con las que regionalmente y localmente permiten un mejor trabajo de penetración en el campo.
   La Izquierda Comunista dice, a los pequeños propietarios, colonos y aparceros (medieros), que tienen mucho que ganar con la victoria proletaria; el triunfo de clase obrero supone para los representantes de este grupo el logro inmediato de las siguientes ventajas:
   a) Supresión del pago de arrendamiento y abolición del trabajo a medias o aparcería a los grandes propietarios de la tierra.
   b) Abolición de las deudas hipotecarias.
   c) Emancipación de la opresión económica ejercida por los grandes propietarios de la tierra, bajo los más diversos aspectos (derecho de uso de la madera, leña de los bosques, de los terrenos baldíos, pastoreo de animales, etc.).
   d) Socorro agrícola especial y financiero inmediato del poder proletario, en especial socorro en materia agrícola.


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