LA REVOLUCION
DESFIGURADA
SEPTIEMBRE 1970
El
resultado de las elecciones presidenciales del 4 de septiembre tiene una
extraordinaria importancia. Repercutirá tanto en el plano nacional como en el
latinoamericano. El triunfo de la Unidad Popular se corresponden con el
desarrollo de la lucha de clases. Este triunfo abre una perspectiva totalmente
diferente y que debe ser analizada cuidadosamente. Estamos en presencia de un
real triunfo de las fuerzas motrices de la revolución y de una derrota política
de las fuerzas burguesas. Sin embargo, es preciso no engañarse ni extrapolar
indebidamente el triunfo conseguido.
Allende
resulta un Kerensky sin revolución! Si ocupa la presidencia de la República,
ello puede ser una afirmación de la revolución, como también su primera
derrota. La elección ha sido un pre-enfrentamiento que deja en suspenso el
combate decisivo y que lo fuerza inevitablemente en un próximo futuro.
Contrariamente
a lo que debiera ser o pensarse, el resultado de la elección ha introducido
toda clase de confusiones, ha enturbiado las aguas y será necesario un análisis
detallado y cuidadoso para separar los contrapuestos elementos que confunden el
cuadro. La elección no ha despejado las incógnitas, es un resultado en clave
que debe ser descifrado!
Cuando
decimos que ha habido una derrota burguesa, tenemos la obligación de delimitar
esa afirmación. Primero ha habido una derrota primordialmente de la derecha
burguesa. Segundo, la burguesía no logró unificarse en el proceso. Tercero, la
votación de Alessandri significó, sin embargo, un progreso en la ruta de la
unidad. Cuarto, el triunfo de Allende es un triunfo de las masas obreras pero
sólo parcialmente de la dirección obrera, particularmente del PC y del PS; en
la superestructura existe un triunfo político, que se masifica y alcanza todo
su contenido si apreciamos correctamente la votación de Tomic.
Esta
votación es impresionante (Tomic), pero sólo superficialmente expresa o
significa un fortalecimiento del mantenimiento de la DC como partido. El hecho
concreto es que, a pesar del triunfo de Allende, todavía existen síntomas en el
movimiento obrero de la fractura del mismo. Es evidente que en los últimos
momentos la burguesía se inclinó por Alessandri buscando la unidad, pero
resultó –por una parte- demasiado tarde esta tentativa; es decir, no toda la
burguesía pudo volcarse a Alessandri. No puede descartarse que la mayor parte d
la votación de Tomic sea de las masas obreras y campesina que siguieron votando
por a revolución bajo el programa reformista burgués. Al ser derrotado Tomic, a
DC no podrá conservar las bases sociales obreras y campesinas.
La
polarización de clase toma ahora un sentido definitivo y durante un tiempo se
mantendrá oculta, por lo menos desde el punto de vista de los sectores obreros.
En el campo burgués, por el contrario, habrá una cierta detención en el terreno
de la polarización.
El
sector burgués reformista tenderá a colaborar con el reformismo obrero
triunfante. Esta colaboración será forzada, en gran parte, por la debilidad
coyuntural partidista de la
burguesía y, por otra, por la tentativa de contener desde dentro la ofensiva de
las masas en un intento de desvirtuar y oscurecer el progreso de la revolución.
Decimos
debilidad coyuntural porque, de una parte, la burguesía en su conjunto está
fuerte y sigue teniendo el poder pero no logró, en este proceso, recomponer una
relación social nueva. Esta imposibilidad le cierra la perspectiva de una
relación social democrática ya que la colaboración a nivel superestructural con
el reformismo la supedita a la relación social y política conseguida por este
reformismo obrero que debe fortalecerse silenciosamente por el escurrimiento inevitable
de los sectores que, hasta el 4 de septiembre, dieron su confianza a Tomic.
Debe
tomarse en cuenta que la dirección reformista, habiendo usado a las mas as en
la elección, entra de inmediato a independizarse de ellas y éstas sólo podrán
hacerse presentes por nuevas y masivas acciones en el plano estricto de la
lucha de clases.
A
través de la DC la burguesía busca un pacto comprometido con la UP con el
objetivo de paralizarla. Si consigue ese pacto viviremos un período
preparatorio para el enfrentamiento. Preparatorio en espacial para la burguesía
aunque el pacto sea con partidos burgueses, los radicales y al API de la UP
–que recobran mayor importancia que durante la campaña- más el apoyo DC. La
burguesía se unirá por encima de los partidos, es decir, la inevitable unidad
burguesa señalará la muerte de los propios partidos burgueses! Se unirá bajo
mandos militares o represivos en ecuaciones por encima de las actuales
representaciones partidistas!
La
burguesía conserva el poder y no lo dejará. La revolución ha obtenido todo lo
que podía obtener por la vía electoral. No ha obtenido el poder real.
La
nueva etapa exige un cambio cualitativo que rompa la sui géneris dualidad de
poder que se ha creado. Esta dualidad de poder está culta en el momento presente
y existe superestructuralmente. Hay que llevarla a la base, o si se quiere, que
se materialice organizativamente ya que existe como fuerza presente y en la
predisposición de las masas, pero se desnaturaliza por la confianza en la UP,
los partidos y en Allende. Se trata de impedir que la dirección se independice
la base, proceso que forzarán los partidos para poder maniobrar libremente.
Allende
sólo conseguirá el poder con un compromiso. Si lo hace no podrá transformarse y
deberá, hoy o mañana, enfrentarse con los propios trabajadores. Si no hace
pacto, deberá enfrentarse con la burguesía que saltara por sobre sus
debilidades y violentará el proceso, sin esperar una relación política estable.
Se
inicia un período de total inestabilidad político-social que tiene que
resolverse inevitablemente por la conquista del poder por las masas o por la
contrarrevolución abierta. No hay otra perspectiva. La coexistencia en el
gobierno de un reformismo obrero y el reformismo burgués es un contrasentido.
Uno y otro deben desplazarse. Eso no puede ser un proceso pacífico. El
reformismo obrero no puede desplazar al burgués sin transformarse y eso
significa la revolución que no puede llevar adelante, justamente, la dirección
reformista.
El
triunfo comprometido puede provocar una cierta detención del empuje d las
masas. Esta detención limitará, dinámicamente hablando, la base de sustentación
de las vanguardias en el interior de los partidos reformistas. esto significa
un afianzamiento momentáneo de esas direcciones. Ahora bien, es improbable que
esas direcciones puedan desencadenar una ofensiva contra la vanguardia. La
propia fortaleza burguesa se levanta como un escollo para esa tentativa. No es
el caso de España. El stalinismo, en particular, si bien se verá fortalecido,
no podrá desencadenar una ofensiva contra la vanguardia. La burguesía lo
impedirá, no porque tenga simpatía por la extrema izquierda, sino porque vería
en esa ofensiva del stalinismo contra la vanguardia, un riesgo para sus propias
fuerzas de choque que debe organizar y defender.
La
primera tarea es impedir que la dirección reformista se independice de las
masas, asegurando la participación democrática, efectiva y organizada de las masas en organismos
de poder. Que superen la mera militancia en los partidos que siempre es formal
y decorativa. Hay que propiciar y crear Consejos Obreros de base, comunales y
regionales. Impulsar la lucha de clases independizando a las bases de
compromisos con el gobierno. El apoyo que las masas le prestarán inevitablemente
al gobierno –que debemos impulsar- no debe ser incondicional. Debemos, junto
con las masas, propiciar el cumplimiento rápido del programa ofrecido y
empujarlas a tomar la iniciativa y realizarlo con independencia. Debemos
impulsar el armamento del proletariado y que éste forme, desde ya, las milicias
populares para defender la marcha de la revolución impidiendo, a su vez, el
armamento de las huestes burguesas.
En
el plano político, avanzar en la ruta de construir el partido revolucionario.
Esta tarea se desarrolla en tres planos: 1º) Fortalecer, con plena
independencia, nuestro propio centro, acrecentándolo. 2º) Buscar el frente
único con las tendencias afines y trabajar por la unificación. Esta unificación
sólo será posible con las más estricta delimitación ideológica que no debemos
confundir con ningún sectarismo. 3º) Orientar un responsable trabajo hacia el
PC y el PS en especial, en ayuda y acuerdo a las tendencias revolucionarias
existentes en ellos o por formarse.
Tendencia
Revolucionaria
“OCTUBRE”
SEPTIEMBRE 1970
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